miércoles, 15 de mayo de 2013

VIDAS DEFORMADAS

          Cuando se cierran la puertas de algunas casas, hay mujeres que comienzan una nueva vida. La vida deformada.
Tras el portazo, el pestillo, la llave echada con dos vueltas y la cadena puesta, una mujer, muchas mujeres, lloran de impotencia sin soltar lágrimas. Algunas son insultadas, otras golpeadas, otras violadas y otras simplemente olvidadas.
La respiración se entrecorta, las manos tiemblan y los ojos no sostienen la mirada. Los cuchillos de la cocina son escondidos silenciosamente y la puerta del baño restablecida de su cierre anterior. Unico cobijo. Un móvil de tarjeta escondido entre las toallas del aseo, que ya has tenido que utilizar en alguna ocasión y un único número en su memoria.
Un televisor demasiado alto, un paño de cocina en el suelo, un botón no cosido, un vaso de vino...siempre alerta, siempre esperando el insulto y el golpe. Siempre deseando tener valor.
Se cena a la misma hora, se come lo que se puede, se mira constantemente el mantel y, en silencio, se levanta de la mesa, se recoge la vajilla y se apila después de fregada, sin prisa, en su sitio. La prisa es lo único que desaparece. La tensa calma se sienta en una silla y desde ahí parece observarte en las tareas.
Si hay niños, no quieres dejarlos solos, no quieres quedarte sola. Tampoco quieres que estén demasiado tiempo haciendo ruido porque pueden despertar a la bestia. Los acuestas, les hablas, les abrazas y besas mientras rezas porque duerman profundamente y sean felices dentro de sus sueños.
Pasan las horas sobre una cama acostada, que no descansando; con los ojos abiertos esperando que la bestia decida cuándo, cómo y, como siempre pasa, sin un por qué. Pero es lo único que se puede hacer: esperar. Dejar que el reloj cante la hora de su marcha y tú puedas respirar tranquila, incluso dormir una hora más.
Pero no duermes
Hace demasiado tiempo que no concilias el sueño. Hace demasiadas noches que solo oyes sus ronquidos mientras en tu boca se mezclan lágrimas y sangre con el ibuprofeno. Necesitas descansar y no puedes. Pero es más, tú sabes que es mucho más lo que necesitas pero no te atreves. Es jugar a cara o cruz, a vida o muerte. Y tu vida no importa, pero están ellos, los niños, tus hijos que pueden verse en mitad de la tormenta y salir heridos.
Después de años abres la ventana y deseas el mal. Te sorprendes pensándolo, pero no te arrepientes de hacerlo. Te apetece devolver el daño que te han hecho pero sabes que no tendrás valor para ello. Al menos, sabes lo que tienes que hacer.
Los niños están lejos, de excursión, tus cosas más valiosas han ido saliendo de tu casa como en plazos, hacia un lugar desconocido y la documentación en tu bolso está preparada para ser fotocopiada en cualquier comisaria.
En el balcón, levantas la mirada al cielo y pides ayuda. Te das la vuelta, coges tu bolso, tu chaqueta y dejas las llaves de la casa encima de la mesa. Sales dando un portazo.
9 de diciembre y acaba de empezar la primavera.

lunes, 13 de mayo de 2013

SERVICIOS INCOMPLETOS

Cuando estaba escribiendo el libro ¡Zorra! sobre casos reales de violencia de género, me encontré con gente que colaboraba y con otra que no. En ese momento entendía que era debido al miedo o a rebuscar en la memoria hechos que ésta ya había querido olvidar. Aún lo entiendo, por supuesto. Lo que se me hace más difícil de comprender son aquellos casos de personas que atienden a mujeres maltratadas. Me estoy refiriendo, por supuesto, a los agentes sociales como psicólogos, psiquiatras, asistentes sociales, etc, que están ahí, supuestamente, para ayudar a quienes padecen esta lacra.
El sistema está compuesto por servicios jurídicos, policiales, sanitarios y directos, siendo, éstos últimos los que más fallan, los que deberían estar al lado de la mujer en cualquier momento y se limitan a prestar servicios dentro de un horario funcionarial. Eso no lo encontramos en ninguno de los demás participantes del círculo de prevención y asistencia a la mujer maltratada.
Huelga decir que no son todos los casos, pero sí que me he encontrado con psicólogas (para más inri mujeres) que han desistido de ayudar a víctimas de violencia de género porque "aún no le había maltratado físicamente", o en otros casos donde me he encontrado presidentas de asociaciones o fundaciones que no han querido colaborar en el libro si de él no obtenían beneficio económico alguno.
Hasta ahora no había querido levantar la voz en contra de estos casos, pero es que observo que se están convirtiendo en cotidianos, que cada vez la víctima se siente más desprotegida cuando debe disponer de un horario y de un sitio físico a donde acudir para que se le escuche, pudiendo salir estigmatizada de esa oficina al sentirse observada por haber ido.
Siempre he defendido la libertad de horario para quienes desempeñan su labor de ayuda a la mujer maltratada, llegando a proponer donde me han querido escuchar, que sea el funcionario quien se desplace a un lugar alejado del entorno de quien necesita ayuda, puesto que a mí me ha ocurrido en la mayoría de los casos, que he tenido que quedar con la protagonista fuera de su entorno para que nadie pudiese relacionarla conmigo y con el libro que estaba escribiendo.
Una mujer maltratada no es habitual que sea agredida de ocho a tres y eso conlleva a que la administración no esté en el lugar idóneo y no desempeñe la labor de ayuda cuando realmente es necesaria. Una víctima necesita saber que la psicóloga del CAVI de su zona está ahí a cualquier hora del día y de la noche, los trescientos sesenta y cinco días del año para atenderla, y que lo va a hacer porque su oficio es vocacional; y también le es necesario tener las puertas abiertas de la asociación donde aquella mañana la escucharon o de la federación regional a la que la administración subvenciona para que actúe y se de cuenta que su labor es silenciosa y no necesariamente del protagonismo y de boato del que tantas veces presume.

martes, 30 de abril de 2013

ARABIA SAUDI QUIERE REDENCION EN DERECHOS HUMANOS!!!

Parece que el anuncio que se ha publicado en Arabia Saudi en contra de maltrato a la mujer ha levantado ampollas.
 Y no es para menos. Mientras unos aplauden la iniciativa promovida por la Fundación  Rey Khalid, que tiene como objetivo proteger a los menores y a las mujeres del maltrato, sobre todo garantizandoles asistencia jurídica; otros se echan las manos a la cabeza argumentando que lo único que hacen es proyectar al mundo una imagen cruel y permitida de la mujer que vive bajo el yugo de la opresión religiosa.
El ver la imagen de una mujer con el niqab, a través del que solamente se le ven los ojos, y uno de ellos presenta un golpe y está amoratado, dice mucho si se quiere interpretar. Quizás para los occidentales esta imagen sea retrógada, ilógica, tapadera del resto de la cara donde se pueden ver más golpes y solo se deja ver lo que se quiere... Son tantos los análisis que se pueden hacer, que creo sinceramente que el mero hecho de que aparezca esta imagen en anuncios publicitarios en un país que se encuentra, según el Fondo Económico Mundial, en el puesto 131 de países que no defienden los derechos humanos, y que es uno de los cinco primeros del mundo donde se aplica la pena de muerte de una manera más alegre; a mi me hace aplaudir que se haya conseguido plasmar esta imagen denunciando un hecho tan grave. Eso ya es un éxito.
Lo único que me gustaria comprobar es que realmente está publicitado en Arabia Saudi y no se haya hecho en el exterior solo para salvar una imagen.

lunes, 22 de abril de 2013

NICARAGUA Y LA DISCUSION POR SU LEY DE VIOLENCIA DE GENERO

En Nicaragua se están enfrentando los sectores eclesiásticos, (católicos y evangélicos) los abogados, algunos magistrados y las asociaciones de hombres, por un lado,  mientras que en el frente contrario están las asociaciones feministas y la presidenta de la Corte Suprema de Justicia. Y todo ello por la Ley Integral de Violencia hacia las Mujeres, que entró en vigor en junio de 2012.
Ha sido recurrida cuatro veces por inconstitucional, puesto que, según la titular del Supremo de Nicaragua, Alba Luz Ramos,  esa ley “es para combatir la violencia, no es una ley contra los hombres".
  Realmente es una Ley muy dura en cuanto a las penas. Eso no me disgusta porque viendo como nos encontramos, con unas estadísticas cada vez más aberrantes y que el hecho no para, el femicidio y los malos tratos a la mujer deben de ser castigados para hacer frenar, de alguna manera al futuro agresor.

Con lo que si creo que hay que tener cuidado en esta ley, es con la presentación de denuncias falsas, puesto que por un maltrato psicológico la pena de cárcel para el maltratador oscila entre los seis meses y los dos años de cárcel. Todo dependerá de las pruebas que se aporten en el momento de la instrucción del procedimiento; pero si la mujer sigue un tratamiento psicológico, al menos es el psicólogo quien debe dar su opinión, así como el psiquiatra forense. Por otra parte, para eso están.
Castiga diversos tipos de violencia, como la física, psicológica, sexual y patrimonial; y además tipifica el maltrato habitual como delito autónomo y establece la improcedencia de la mediación en casos de violencia.
La norma impone hasta 30 años de prisión, la pena máxima, a los hombres que ejerzan violencia sobre las mujeres.
Los recursos de inconstitucionalidad se basan en la no mediación, aunque la mujer perdone al hombre, y que hay penas demasiado duras y rígidas contra los varones. Así, al menos, no se estará jugando con la justicia en los casos en que una mujer ponga, quite y vuelva a poner y a quitar denuncias contra su pareja, en momentos de rabia y luego de arrepentimiento
Por otra parte, la iglesia evangélica "Asamblea de Dios" , ha dicho en un reciente informe que esta ley "destruye el matrimonio y la familia, al no permitir la mediación en delitos de orden leve" y que la misma está dirigida "contra los hombres".
"Esta es una ley de venganza contra los hombres, odia a los hombres, y el contenido mismo de la ley genera eso", sostuvo ante periodistas el abogado Marlon Loásiga, uno de los que introdujo un recurso por inconstitucionalidad por esa ley.
Lo que si es cierto es que la gente de a pie no ha leído la ley, eso está sobradamente comprobado. Solamente los interesados directos en el tema lo han hecho y ellos han sido los que han informado, cada uno en su vertiente, de lo que creen positivo y negativo en ella, desde una forma completamente subjetiva.
El problema de Nicaragua es que el maltrato a la mujer es un hecho que asusta. El año pasado, según fuentes oficiales, murieron 85 mujeres. Las estadísticas no han trascendido con el número de agresiones, arrestados y delitos cometidos en torno a la violencia a la mujer.
Según el decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Americana (UAM), Alejandro Aguilar, advirtió que, en efecto, ese cuerpo de leyes no es perfecto; y alertó también de que la ley implementa el "derecho penal de autor", que "es la imputación de responsabilidad penal a una persona por formar parte de un colectivo".
"La imputación de una mujer que sufre violencia debe ser con independencia de quién comete el acto, de si es mujer o es varón", razonó.
Y ahí sigue esta Ley nicaragüense, creando polémica entre los religiosos, los abogados independientes que creen que esta ley desintegra a la familia al prohibir la mediación, y los organismos y movimientos de mujeres que la defienden.
Por mi parte, animaros a leerla y a sacar vuestras propias conclusiones.



viernes, 19 de abril de 2013

UN GESTO AMABLE EN TELEVISION



            No me gustan los programas de televisión donde la gente expone su vida privada públicamente a cambio de un minuto de gloria. Siento pena por ellos. La vida es tan personal, tan difícil de contar, que debería ser un tesoro del que repartir monedas a unos pocos elegidos a los que se les llama amigos.
            Pero hay hechos que a veces te ponen los pelos como escarpias y compruebas otras realidades y otros motivos por los que seguir luchando y hablando a la gente para que abran los ojos. Mucha gente necesita ayuda, terapia, una mano amiga que la saque del pozo del que está metida, aún sin saberlo.
           
Cambiando programas porque el aburrimiento televisivo me sobrepasaba, me encontré con un programa televisivo de desnudo vital donde una chica recibía una carta de un ex novio del que no sabía que la había citado en televisión para expresarle su amor, después de una relación de cinco años y unos meses rota. Esta chica había encontrado otra pareja e intentaba rehacer su vida con ella, pero quería abrazar al ex novio porque sentía pena por él.
            Relató algunos episodios que había vivido con él y aquello me resultó sumamente familiar a muchos casos que he escuchado de propia voz, de cómo una persona puede tener  adicción a otra, con el pretexto de amarla, mientras el otro la está maltratando hasta lo indecible sin que ella sea consciente de lo que está pasando. Insultos, desplantes e infidelidades llenaban el relato de lo vivido por esta chica quien aún seguía poseída por el espíritu de su ex. Y en ese momento, cuando supuestamente ella le debe perdonar y abrazarle, para seguir así un guión preestablecido, por una vez vi un atisbo de sabiduría en un presentador que se interpuso a continuar con aquella escena y ser partícipe de una relación de dolor no superado por parte de la chica. La hizo levantarse y marcharse sin permitirle ni tan siquiera ver a su ex frente a ella. Fue un detalle en un programa televisivo donde todo está permitido con tal de tener audiencia, que me llamó mucho la atención y donde no tengo por menos que aplaudir al presentador.

lunes, 15 de abril de 2013

¿HEROINA O COBARDE?


Ültimamente las distintas administraciones se están rasgando las vestiduras al publicar las estadísticas sobre maltrato en sus respectivas regiones.
La mayoría demuestran que los porcentajes han bajado, lo que alivia en gran medida a los responsables de las distintas áreas que se ocupan del tema de la mujer y del maltrato que sufren.

El tema del maltrato es un buen motivo para establecer una discusión política y así, mientras unos justifican por su buena labor, que los números asusten un poco menos, otros se indignan pensando que son falsos o que las circunstancias actuales llevan a las mujeres a no denunciar, o a retirar la denuncia interpuesta.
Lo cierto es que este tema ha sido de debate más que de actuación, que se han conseguido votos en elecciones, que hace que las mujeres se sientan un poco más protegidas pero, a la hora de la verdad, cuando se necesita, nos encontramos con casos verdaderamente horribles y poco atendidos en sus necesidades.
Mientras animo a las mujeres maltratadas a que denuncien, y lo que es más importante, que mantengan esa denuncia, también desde aquí expreso mi malestar por recortar medios, cerrar centros y derivar casos de maltrato a mujeres, como si éstas fuesen los verdaderos verdugos y no las víctimas.
Solo un ejemplo de que no se están haciendo bien las cosas, es el caso de una mujer que ha presentado solicitud para que dejen libre a su marido, a quien ella misma había denunciado tras haberle propinado una horrible paliza delante de sus hijos. Con su ruego ha llegado a proclamar que si no se atiende su petición es capaz de suicidarse.
Mucha gente se echará las manos a la cabeza pensando que esta señora no está bien, o que tiene una adición a su marido que no la deja enfrentarse a la realidad. Nada más lejos de la verdad.
Según señaló la mujer ante los empleados de la Fiscalía, es que tanto ella como sus hijos pasan hambre y muchas necesidades al no tener el apoyo económico de su marido, quien sostenía a la familia.
Prefiere recibir golpes a que sus hijos pasen hambre.
¿Realmente es una cobarde o, por el contrario, es una heroína?

domingo, 14 de abril de 2013

NACIONES UNIDAS Y EL EJEMPLO DE COLOMBIA


Las Naciones Unidas define la violencia contra las mujeres como “todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada”.

Según este organismo, una de cada tres mujeres en el mundo sufre algún tipo de violencia machista, seis de cada diez ha padecido violencia física o sexual alguna vez en su vida, 70 millones de niñas son obligadas a contraer matrimonio, 140 millones de niñas y mujeres sufren de la mutilación femenina y más de 600 mil mujeres y niñas son traficadas en las fronteras a través de todos los países del mundo. 

En la mitad del mundo no se castiga, a día de hoy, este tipo de delitos y las mujeres, por consiguiente, no se atreven a denunciar en la mayoría de los casos. Esto ocurre también en los países desarrollados, no pensemos que es solamente en tercermundistas, puesto que los recortes debidos a crisis económicas, supeditan los medios económicos para educar, proteger y defender a miles de mujeres en todo el mundo, haciendo que no se atrevan a denunciar, puesto que no ven salida a su situación.

En Colombia, por ejemplo,  existe un promedio diario de 245 mujeres  que padecen algún tipo de violencia y cada seis horas una mujer es abusada por causa del conflicto armado.
Según Martha Cecilia Cedeño Pérez, autora de un estudio en este país, entre 2001 y 2009, más de 26.000 mujeres quedaron embarazadas como resultados de una violación, y casi dos millones de mujeres fueron desplazadas de sus domicilios por el abuso sexual a que eran sometidas.

Colombia sigue fiel a un patriarcado donde las desigualdades entre hombres y mujeres se acrecientan día a día, también por el hecho de vivir en un conflicto permanente. Las diferencias sociales son tremendamente importantes y dentro y en cada una de ellas, prevalece el machismo, el hombre sobre la mujer, sin ningún condicionante que sirva de eximente a este hecho.
Y solamente hemos escogido un país como ejemplo.