martes, 26 de enero de 2016

EL CINE NOS MALTRATA

Resultado de imagen de tres metros sobre el cieloHay ciertos libros y películas que se convierten en bestsellers simplemente por un boca a boca entre la gente más joven. Títulos como "A tres metros sobre el cielo", es uno de los ejemplos más claros de película basada en un libro que ha vendido cientos de miles de ejemplares en todo el mundo, y que consiguen volver hacia atrás en la educación igualitaria entre nuestros jóvenes.
Según un estudio publicado por la Universidad de Salamanca, donde se han supervisado varias películas españolas de los últimos años, entre las más taquilleras destacan la mencionada de "A tres metros sobre el cielo", "Promoción fantasma", "Fuga de cerebros" y "Perdona si te llamo amor". Todo producto español y que las cadenas de televisión han financiado y emitirán o ya lo han hecho, en breve para atraer a más audiencia.
Si analizamos estos filmes podemos darnos cuenta de que el tipo macho y la mujer sumisa que todo lo perdona por amor, es algo usual en ellas. Son películas donde los desnudos masculinos son medios mientras que a la mujer se la sigue presentando totalmente desnuda para utilizarla como objeto de deseo.
Se supone que la sociedad española ha superado esos clichés y que la juventud no se debe sentir identificada con ellos, pero no es así; sino no se entendería el éxito que supone mezclar el machismo masculino, el objeto femenino y la sumisión, todo en una mezcla de amor romántico del que ya creíamos habernos desprendido.
Si observamos detenidamente, la mayoría de las escenas del hombre se realizan en un escenario público, en la calle, en el trabajo; mientras que la mujer se reserva para el hogar, para prepararse a la llegada del marido, y si sale a la calle, siempre lo hace acompañada.
Resultado de imagen de hombre macho mujer sumisa
Una frase de la película "A tres metros sobre el cielo", demuestra claramente el papel de la mujer maltratada al inicio de una relación difícil: “Eres agresivo y me tratas mal, pero yo, como chica buena, te voy a cambiar a través del amor”. Con esta intención se demuestra que la mujer está dispuesta a soportar todo tipo de acoso y violencia a cambio de recibir del protagonista masculino una muestra de cariño.
La única conclusión a la que se llegó tras este estudio, es que los autores de los libros,  guionistas y productores de las películas, lo único que buscan es un lucro económico rápido, sin tener en cuenta para nada el avance que se ha experimentado en algunos sectores sociales, y por los que mucha gente está trabajando para evitarlos en su totalidad. Pero parece que el signo del dólar puede más que cualquier lección que se pueda dar a través del negocio cinematográfico, entre otros, y que para colmo de males, está avalado por el Instituto de Cine Oficial (ICO) porque también hay que sacar partido desde la política y no conviene para nada que estos roles tan arcaicos se olviden para atraer más público.
Si después un/a menor sufre acoso o maltrato, nos echaremos las manos a la cabeza pensando dónde puede haber aprendido ciertos roles, cuando nosotros mismos animamos a nuestros jóvenes a que acudan al cine para que se entretengan con un film del que no pueden aprender nada malo. porque pensamos que es un fiel reflejo de la juventud actual.
Pero qué desatino, por favor. Recordad el éxito de "50 sombras de Grey", donde la mujer no puede ser más sublime a los deseos sexuales de su pareja, a costa de cualquier cosa.
Resultado de imagen de publicidad machistaYa es suficiente con soportar cierta publicidad machista donde la mujer continua siendo objeto de deseo para un hombre que, lejos de ser igualitario en la relación, se vende como el dueño de la economía familiar.
Hay que estar muy pendiente de todo lo que se presenta en televisión, en cine, en publicidad, porque con la proliferación de emisoras y empresas de todo tipo, donde los estereotipos que se intentan guardar en el cajón por las diferentes asociaciones de mujeres, están resurgiendo sin orden ni concierto, solo teniendo en cuenta el balance de resultados, omitiendo las peticiones que se hacen desde todos los ámbitos de la sociedad para que este tipo de mensajes no vuelvan a reproducirse.