Siempre hay casos que destacan por encima de otros, porque hacen que remuevan algunos cimientos. Eso ocurre en todos los países en los que está permitido hablar de esta lacra. En Argentina Wendy, en España Sandro Paloy en República Dominicana ha sido Sandra Kurdas. Son simples ejemplos del terror, de la actitud sádica de sus maltratadores, una veces por odio, otras por rencor, otras por diversión..., el caso es hacer daño, violar, matar y así sentenciar a muerte a través de las manos del hombre.
Sandra Kurdas era la esposa de Frank Jorge Elías (presidente de Supercanal y exministro de Turismo). Mucho poder, mucho dinero y mucho control sobre los medios de comunicación que han intentado, aún después de publicar la noticias de las denuncias, retiradas después; acallar un tema que se ha sabido gracias a las redes sociales.
Sandra, de princesa de cuento, de modelo y objetivo de la prensa del corazón en su país, era la envidia de muchas mujeres, hasta que un día se desnudó y decidio denunciar los maltratos a los que estaba siendo sometida. Tras la denuncia, y por el poder de su marido en la sociedad dominicana, se dió cuenta que necesitaba elevar aún más la voz.
Emitió un grito a través de su twitter y decidió ir reflejando con sus anotaciones y las fotografías que colgaba en él, las secuelas de los golpes que le profería su marido.
Ante la evidencia, miles de personas comenzaron a seguir sus comentarios y se unieron en un clamor unánime reclamando justicia y el fin de la violencia de género. Sandra tuvo que huir, se refugió en Estados Unidos hasta hace poco más de un mes, cuando la justicia dominicana le garantizó una protección que el jueves pasado fue retirada sin mediar anuncio alguno.
Jorge Elías, su mario, fue favorecido con libertad tras ser enviado a prisión por tres meses como medida de coerción luego de que Kurdas se querellera en su contra. La multa a favor del Tesoro Publico Dominicano ascendió a dos millones de dólares.
NOTA: las fotos corresponden a Sandra Kurdas y su marido, Jorge Elias