Me quedo sorprendida al ver que la tecnología ha evolucionado un mil por mil, mientras que el machito y la víctima femenina con un maltrato psicológico impartido a su pareja, siguen estando a la orden del día. O sea, que el camino de que todo avanza, hasta la igualdad, no es cierto.
El estudio realizado por el Centro Reina Sofía sobre adolescencia y juventud, revela datos dantescos y da un fuerte tirón de orejas a padres, madres y educador@s de nuestro entorno. Se han entrevistado a jóvenes entre 14 y 19 años y son alarmantes los datos que ofrecen.
El 80% afirma conocer o haber conocido algún acto de violencia en las parejas de su edad. Parece algo disparatado pero es completamente real. Entre l@s jóvenes de nuestro país se admiten ciertos actos dentro de la pareja que llevan aparejado algún tipo de maltrato.
Se sigue pensando que las chicas tienen que ser tiernas y dulces, mientras que los chicos deben ser dinámicos y activos. Así lo creen el 56% de ellas y el 66% de ellos.
Sin ir más lejos, ayer ofrecieron una noticia en informativos de televisión donde aplaudían el hecho de que se den clases de robótica en algunos institutos privados de España, y la imagen solamente mostraba a niños haciendo coches teledirigidos, mientras que no se veía a una sola niña en el aula.
Debemos tener claro que los niños y niñas son esponjas que aprenden roles que los mayores permitimos; de ahí que hasta los propios adolescentes piensen que la distribución de tareas domésticas se realiza de forma diferente entre el 64% de las chicas y el 48% de los chicos. Porcentajes todos ellos altos que definen más el entorno familiar que la educación escolar.
Uno de cada cuatro chicos creen que la mujer necesita ser protegida frente al 1% de chicas que así lo afirman.
Pero el datos que más me llama la atención, es aquel que demuestra que solo el 1% de los jóvenes considera que no existen diferencias entre hombre y mujeres adultos.
Sobre el control que se ejerce en la pareja, más de la mitad de chicos y chicas conocen casos donde uno revisa el móvil del otro, y porcentajes muy cercanos, se refieren a casos donde saben en cada momento donde está la otra parte de la pareja.
La posesión y el control de las relaciones se toma como algo normal, igual que los celos. Dicen ser síntomas de amor y no ven mayor peligro al hacerlo.
El 31% conocen chicos que envian SMS asustando u ofendiendo, mientras que entre las chicas este porcentaje se queda en el 11%.
También en las relaciones sexuales un porcentaje del 28% dicen conocer chicos que han obligado a sus chicas a mantener estas relaciones contra su voluntad, frente a un 6% de chicas que han insistido en esta materia. El 28% conoce a chicos que han pegado a su pareja, frente a un 14% de chicas que dicen conocer también esta actitud.
Si el doble de chicos sabe que han pegado a chicas, da lugar a preguntarse por el silencio de esta diferencia de porcentajes por parte de ellas. Demuestra claramente que no lo dicen por miedo o asimilación de roles en la relación, pero que existe.
Lo que está claro es que la desigualdad sigue existiendo siglos después, que las diferencias entre sexos se perpetúan y que no debemos olvidar que la igualdad de género y la violencia de género están estrechamente vinculadas.
Si queremos un futuro sin violencia de género debemos prestar más atención a estudios como éste, donde se demuestra claramente que l@s jóvenes están dando un paso atrás en el tema de igualdad y que éste debe tratarse de forma urgente e imperiosa, tanto en la vida familiar como en la educativa.