lunes, 22 de marzo de 2021

LA MANIPULACION TELEVISIVA DE ROCIO CARRASCO

 Había dejado este Blog apartado porque lo sentía como una forma de tirar piedras a un abismo carente, incluso, de eco.  Pero hoy no tengo más remedio que retomarlo para poder explicar, bajo mi punto de vista, lo que está sucediendo con un tema que me ha aterrado esta mañana.



Ayer, miles de personas se sentaron frente al televisor para escuchar y ver la versión que Rocío Carrasco daba sobre su propia historia. Tengo que reconocer que no lo soporté más de treinta minutos. Me pareció una manipulación tratada a cambio de (se habla) un millón de euros, para que esta mujer se personara cual una pobre víctima de la violencia machista a través de la falta de escrúpulos vertida durante muchos años por su ex marido Antonio David Flores.

Elegante, maquillada y peinada para la ocasión, quizás tuvo el fallo de vestirse de rosa y no de morado, haciendo así uso del color que representa a millones de mujeres en todo el mundo en la lucha diaria que deben mantener y por la que nadie les va a llenar la cuenta corriente a cambio de soltarse a una audiencia altamente manipulable.

Casi 25 años ha tenido para dar su versión, pero lo ha hecho ahora, cuando la justicia no le ha dado la razón y la busca a la desesperada, para salvar su imagen, a golpe de talonario. 

No dudo que esté en tratamiento, pero su actuación, con los datos que tenemos, no ha sido precisamente la de una persona sumisa que se deje llevar según el viento que sople. De niña mimada, consentida a mujer llorosa, desproporcionada (sobre todo si comparamos su sufrimiento con el de las mujeres que deben callar de verdad y cobijarse bajo el yugo de la desesperación porque no les queda otra.) Pero esta señora se ha dedicado a poner demandas, más de 10, a su ex marido, a su propia hija y a todo cristo que cruzase la calle por el lugar que no debía frente a su casa.

No dudo que haya sufrido. una mujer no puede dejar "perder" a sus hijos así como así, y menos como ella lo ha hecho. Los telespectadores han visto la súplica de su hija para poder hablar con su madre por teléfono, suplicando una señal, y Rocío Carrasco ha dejado correr el tiempo y guardar la lágrima para hacerla en público;  pero de eso anoche nadie se acordaba. No se pensaba en su segundo hijo que, sin culpa, le atribuye una felicidad que ella no le ha reportado, que no ha estado allí para llevarlo a terapia, ni darle un abrazo ni un beso de buenas noches. 

Pero lo que más me indigna es la retahíla de comentarios de supuestas intelectuales a las que el afán por satisfacer al público femenino ( y con ello los futuros votos), no han dejado pasar la ocasión para acusar a un padre de maltratador y a una mujer de víctima, cuando no tienen ni las pruebas ni los conocimientos para hacerlo. 




Así, Irene Montero comentaba en su red social favorita: "Las victimas de violencia machista son mujeres que, como todas, te pueden gustar mas o menos, pero eso no pone en cuestión su experiencia de maltrato, ni la necesidad de que existan procesos de protección y reparación social para todas ellas". 

"Muchas veces los medios de comunicación se convierten con o sin voluntad en amplificadores de los discursos que cuestionan a la mujer, que las ridiculizan o revictimizan"

Adriana Lasta: "Rocío Carrasco es una mujer valiente, una superviviente. Su testimonio tiene un gran valor para visibilizar la violencia de género. No  pararemos hasta que la vida sea segura y libre para todas las mujeres".

Rocío Monasterio:" Hoy media España ha entendido lo que es el síndrome de alienación parental. Lo sufren miles de niños, unos víctimas de padre, otros de madre".

Señoras políticas, ustedes no tienen ni idea de lo que dicen, de lo que han dejado entrever en sus tuits llenos de una reivindicación que no tiene nada que ver con lo que Tele5 proyectó anoche en sus televisiones. 

Una mujer maltratada psicológicamente sí que se puede demostrar, otra cosa es que la justicia, en muchos casos, no tome ese informe como vinculante y emita una sentencia que nada tiene que ver con lo pretendido. Una mujer maltratada no desprecia públicamente a sus hijos; al contrario, se deja las entrañas por defenderlos, por oírlos y por buscarlos. Pero claro, ahora es más fácil ponerse en una piel de la que no tenéis ni idea, buscando al hombre culpable (que no digo que no lo sea) pero de un tema del que carecéis de datos para dar una opinión de diosas de la mujer que ni os va ni se os acerca.

Rocío Carrasco puede ser una mujer maltratada, pero también es una mujer que no ha luchado por sus propios hijos, que no ha pensado nada más que en sacar rédito económico de sus lágrimas y que quiere ampararse como otras mujeres que SI lo están pasando mal, muy mal, y que a pesar de ello, no dejan de luchar ni un solo día por sus hijos. 

Señoras y señores, léanse las sentencias dictadas en contra de Rocío Carrasco, que no ha tenido escrúpulos ni falta de medios económicos para llegar hasta el Tribunal Supremo buscando algo que solo puede dar el cariño. 

Como dice el periodista Cristian Campos en su columna de El Español esta mañana:" El programa de anoche, sirvió más a los intereses de Irene Montero que a los de Rocío Carrasco. Y con eso está todo dicho."