miércoles, 27 de septiembre de 2017

ERRORES DE PROTOCOLO QUE NO SE QUIEREN VER


Ayer fue enterrada otra mujer que murió a manos de su ex pareja. La más joven de las víctimas mortales de este año fue asesinada por varias puñaladas a unos veinte kilómetros de donde vivo. Un hecho cruel, horrible, tremendo....y con todos los calificativos que a cada cual se le puedan ocurrir, porque este hecho no tiene nombre.
Resultado de imagen de calle miedo mujerQue una chica denuncie, como tantas veces se le ha dicho que debe hacer y es cierto, que se arme de valor ante las amenazas de un ex que viene desde otra zona del país, solamente para incordiarla, en principio, y para matarla, después; que acuda a la comisaría más cercana, lo haga y vuelva a su casa donde le esperaba la muerte, no tiene nombre.
¿Cómo puede el protocolo de protección a víctimas de violencia de género estar tan mal diseñado?
¿Cómo es posible que una mujer que acude a denunciar, vuelva a su casa sola después de ejercer ese paso indispensable para buscar ayudar, para pedir socorro?
¿Y aún se preguntan por qué ocurrió este crimen tan horrendo? Pues es sencillo señoras y señores, porque las cosas no están bien hechas.
¿Cabe en la cabeza de alguien pensar que un maltratador va a estar sentado tranquilamente esperando en su casa a que su pareja vuelva del cuartel o la comisaría donde ha ido a denunciarle, y que no esté preparado para ejercer la violencia hasta el máximo extremo ante tal acto?
Resultado de imagen de andar miedoSencillamente, es inconcebible que una víctima recorra sola esa camino de vuelta donde su mente y su cuerpo saben que tienen que prepararse para lo peor. Y eso es un gran error del protocolo de protección a mujeres maltratadas. Quizás el mayor, y ¿nadie lo ve, nadie hace nada al respecto?
Ya muerta la víctima, desangrada, agonizando, poco queda por hacer para salvarla de su asesino, pero entonces nos encontramos con la segunda parte: los lamentos y las fotos.
En la prensa del día siguiente al crimen nos encontramos con todas las fuerzas políticas manteniendo el tipo, peluquería previa para la foto, durante un minuto para reclamar justicia y que el sistema de defensa funcione. ¿Ellos y ellas, los que deben hacer que esto mejore no sienten vergüenza por salir a manifestarse para que alguien haga su trabajo? ¿Hasta donde vamos a consentir esta insolencia?
Y veo en el centro de la foto a Rosa Peñalver, presidenta de la Asamblea Regional, esa señora que me dijo en mi propia cara que ella había participado en la elaboración de la Ley contra la Violencia de Género y que ya había hecho bastante, que no iba a ayudar en la divulgación de proyectos para informar, asesorar y acompañar a las víctimas. Resultado de imagen de manifestacion canteras contra violencia de genero
Sra. Peñalver, si tiene un poco de dignidad, ya no por usted, sino por la víctimas, quítese de en medio, no salga enarbolando un cartel donde se pide actuación contra el maltrato y contra la violencia de género cuando usted misma ha dicho que no va a hacer nada al respecto.
Me duele todo esto por la familia de la chica, porque no se merecen que sumen a su dolor, el politiqueo de turno y el protagonismo de quienes siguen con los brazos cruzados mientras reclaman actitud, aptitud y actividad.
¡Sencillamente, vergonzoso!