viernes, 31 de mayo de 2013

GRECIA: CRISIS Y VIOLENCIA DE GENERO




 
Acaba de publicarse un estudio en Grecia sobre el aumento de los delitos por violencia de género debidos a la crisis económica que asola el país. El aumento es considerable: un 47 por ciento más que en años anteriores.

La causa el desempleo en el 44 por ciento de los casos, el 39 por ciento se enfrentaban a dificultades financieras y solo el 17 por ciento tenía una posición económica solvente.

Se ha incrementado en mas del 70% el abuso verbal, la violación en un 18, el chantaje económico en un 59 y la humillación sexual en un 55%. Datos demoledores.
Se ha encuentado a cientos de hombres quienes aseguran que las emociones que sienten son, por este orden, inseguridad, ira, desilusión y miedo; y parece que ello hace que vuelquen todas ellas en la pareja, proporcionándole un maltrato diario.

El estudio también concluye que una de cada tres mujeres ha sido golpeada por su pareja al menos una vez su vida.

La encuesta termina con una conclusión preocupante: «La violencia sexual doméstica es un indicador de la desintegración social, cultural y económica». Añade que los límites y los puntos fuertes de una convivencia sin problemas han desaparecido, lo mismo que el diálogo civilizado.

El doctor Constantinidi destaca que «nos encontramos con que la violencia sexual,junto con la impotencia sexual, se encuentran en alza. La crisis económica se convierte automáticamente en crisis social y cultural. Y golpea principalmente al sexo masculino, que ha identificado la fuerza, el dinero y el sexo con la masculinidad».


Constantinidi explica que hay ejemplos de violencia y malos tratos que han sido destacados como preocupantes y muestran que en Grecia se han despertado instintos de humillación a través de insinuaciones sexuales y nazistas relacionadas con el exterminio.
En todo caso la línea telefónica SOS 15900, de la Secretaría de Igualdad griega, establecida en marzo del 2011, recoge también un aumento de las llamadas denunciando violencia doméstica. De cada diez mujeres que efectuaron una llamada hasta finales del año pasado, nueve eran griegas y una inmigrante. El 48% de estas mujeres estaban casadas, 10% solteras,8% separadas, 5% divorciadas, 1% viudas y 3% estaban conviviendo con su pareja. Y el 62% de todas ellas eran madres.

Y todos estos datos, como habitante de un país en crisis, me asustan.

martes, 28 de mayo de 2013

MARIA DEL CARMEN, MUJER CORAJE


          La Constitución Española dice que todos somos iguales ante la ley, que tenemos los mismos derechos y obligaciones para respetar esta y para que a todos, independientemente del ámbito social, cultural y económico del que proceda, estemos amparados por las actuaciones judiciales. Pero no es así.
Cada vez que la sociedad sale a la calle para pedir algo que el pueblo llano, muchas veces más inteligente que quienes nos dirigen, considera escandaloso en la ejecución de las normas aplicables a algunos casos judiciales, rara vez se le atiende. Parece como si fuese una lotería el hecho de indultar a quien no tiene un apellido ilustre, no ha sido defendido por despachos de letrados afines al poder, no es amigo de algún político o miles de hechos más que hacen que no todos seamos iguales ante la ley.
Mi indignación es alta teniendo en cuenta el hecho que se han pasado por el forro los políticos de este país.
María del Carmen, una mujer que un buen día manda a su hija a comprar el pan en el pueblo de Benejuzar (Alicante) y esta chica resulta asaltada por un energúmeno quien la viola a plena luz del día. La chica acude corriendo a su casa, destrozada ante lo que le acaba de ocurrir y, junto a su madre, sin demora presentan denuncia en el juzgado. El bestia es arrestado, condenado y cumple prisión hasta que obtiene un permiso carcelario. Mientras, Mª del Carmen entra en una depresión al culparse por haber enviado a su hija a hacer un recado y terminar el día con lo que sería un cambio radical en su vida. Se le diagnostica un trastorno mental del que, a fecha de hoy, se le considera irreversible considerándolo crónico.
Mientras intenta hacer su vida normal, y bajo supervisión médica, un buen día entra en un establecimiento del pueblo y alguien le saluda con una sonrisa Es él, el violador de su hija, a quien la justicia ha puesto en libertad sin avisar siquiera a su víctima de que tendría que convivir con él de nuevo cerca de su domicilio. Sin pensarlo, Mª Carmen sale de allí completamente ida por la rabia y lo más cercano que encuentra es la gasolinera. Compra una lata de gasolina y vuelve al lugar donde estaba charlando tranquilamente el culpable de su dolor. Le rocia con gasolina y le prende fuego. Este energúmeno muere poco después a consecuencia de las quemaduras sufridas.
Mª Carmen es condenada a nueve años de prisión. Se revisa su condena y se le rebaja a cinco años, a pesar de todos los atenuantes que existen (trastorno mental, libertad sin notificar del agresor...)
El pueblo sale a la calle y piden con miles de firmas el indulto al Consejo de Ministros. Es denegado.
¿Por qué? Sencillamente porque pienso en todo lo que dije al principio. Mª Carmen es una desconocida en los cargos de poder, no tiene influencias políticas ni nadie quien la ampare. Simplemente es una pobre mujer que se siente culpable por lo que le pasó a su hija, por la muerte de sus padres acuciados por la pena, según ella, y porque ahora con su ingreso en prisión, destruye una familia.
Mª Carmen, yo hubiese hecho lo mismo.