¿Por qué tras el llanto y el grito de muchas mujeres maltratadas se esconde el silencio?
Esto se preguntaba una buena amiga a través de su facebook hace unos días. Y yo también me lo pregunto, sin respuesta tras los últimos acontecimientos sociales y políticos que vivimos en España.
Sin embargo, hay un sector de la población que da cuatro patadas ilegales y todo un movimiento político y ciudadano se pone las pilas y clama por lo que es una gran injusticia.
La petición de independencia catalana no es más importante que el constante número de mujeres asesinadas que gotea cada dos por tres sin que a nadie le remuerda la conciencia. Y ese nadie es un grupo de políticos incapaces de resolver un gran problema que mata a gente que lucha por sobrevivir y que padece las penosas normas legislativas que lo único que promulgan es la pérdida de tiempo para que este grave hecho se solucione.
No se pone nadie de acuerdo en mover un dedo, en dar un puñetazo en la mesa y decir que basta ya, que el terrorismo social que existe debe ser amparado igual que otro tipo de rebelión por territorios y por creencias que sufrimos.
Al igual que el poder judicial, no se toman las notas que durante tantos años se están recogiendo sobre la violencia de género, a fin de ponerle punto y final; de educar, de concienciar, de castigar...
Y no me viene a la mente más ejemplo que el de aquel médico que se equivoca en un diagnóstico o al coger un bisturí y es denunciado, castigo y apartado de su profesión por no haber protegido a la víctima. ¿Por qué nadie denuncia a un juez que hace caso omiso a una denuncia de malos tratos y la mujer termina muerta a manos de su pareja o ex pareja porque, sencillamente, no se han hecho las cosas que se debiera?
No he visto a ningún/a polític@ encausado por no agilizar el famoso Pacto de Estado sobre la Violencia de Género. Tampoco he visto a ningún/a juez/a cumpliendo una pena por un hecho semejante de dejación de deberes, o a un/a policía que no haya socorrido a una víctima como debiera, pagar por ello.
Aquí todo el mundo se tapa las incompetencias de ejercer su oficio.
Aquí gritamos y levantamos las manos por unas cosas, y por otras, como el maltrato, se van dejando en un cajón donde nadie paga por lo no hecho y por lo hecho mal.
Eso sin contar que las ayudas entre víctimas de terrorismo y víctimas de maltrato tienen una diferencia económica del 1000x1000. ¿Eso tampoco interesa que se diga?
No quiero más silencio. Quiero más justicia.