Ha sido otro período de doce meses donde la gente se ha dejado la voz pidiendo acabar de una vez por todas con este sufrimiento, con esta lacra, con esta parte negra del ser humano que deja familias rotas eternamente, por ambos lados. Unas sufren la ausencia angustiada de un ensañamiento, mientras que otra parte sufre el descontrol mental de quien lo ha cometido. Y eso es mucha gente implicada, sufriendo, por un arrebato de ira y de odio extremo.
A veces se tira la toalla y se deja hacer al destino. Las fuerzas se resienten y se abre la puerta que termina con la vida, se cede, se calla, se baja la cabeza y se permite que el monstruo descargue su fuerza contra el cuerpo de una mujer indefensa.
Los demás, los de a pie, los que hemos conseguido que durante el mes de noviembre de 2013, un 44% más de mujeres se decidieran a denunciar, a pedir ayudar con voz en grito y los puños apretados; pero que han despertado de su letargo de dolor, es donde debemos permanecer porque el estar todos juntos ha conseguido que cientos de mujeres se sientan protegidas y alcen la voz pidiendo ayuda.
Y todo ello porque durante ese mes TODOS nos hemos volcado con ellas. Hemos acudido a manifestaciones, hemos elevado la voz pidiendo más protección, hemos solicitado que las ayudas no mermasen; en definitiva: hemos estado con ellas y por ellas. Eso vale más que cualquier ley porque a la mujer maltratada la vemos más cercana, y ella lo siente. De hecho, está demasiado cerca de nosotros, aunque no lo sepamos.
Esto nos demuestra que la unión de todos contra el maltrato hace que la víctima se sienta más protegida y recargue su energía para salir del atolladero en que se ha convertido su vida.
Mi afán con este blog no es otro que conseguir ayudar, poner otra forma de lucha a través de la opinión, del respeto, de que las mujeres que se sienten oprimidas por el yugo masculino, sientan que no están solas. Estoy yo y estás tú. Debemos conseguir que sea un luchar de 365 días al año y no solo un período de 30 días. Lo conseguido en noviembre nos lo están pidiendo. Esa mujer que sufre nos lo está pidiendo. Por ellas, por tí, por nosotras.