viernes, 5 de diciembre de 2014

¿PORQUE RENUNCIAN?

Pasado el día de la foto, como le suelo llamar al 25 de noviembre, empiezan a publicarse medidas, datos e intenciones que ya veremos si dentro de un año se han cumplido.

Por ejemplo, en cuanto a datos se refiere, empiezan a preocupar los de las elevadas retiradas de denuncias interpuestas por mujeres maltratadas, y se pretenden estudiar las causas a las que las mismas son debidas. En Andalucía se han producido un total de 3.466 de renuncias durante el pasado año, un 12’81% del total de las interpuestas que fueron 27.056. Son muchas, demasiadas y este dato asusta. Por ello, la Consejería de Justicia e Interior de dicha Comunidad, va a realizar un seguimiento del porqué ocurre esto.
Se cree que tal cantidad de  renuncias se deben al desconocimiento de las víctimas del proceso judicial que inician. Todo parece fácil desde fuera. Llamar es el primer paso, y el más sencillo, pero luego hay que comparecer, convivir con el maltratador mientras no se dicte resolución y enfrentarse a él. Demasiado complicado para una mujer que necesita, primero salir del entorno, que se le proteja y, segundo, facilitarle una ayuda que muchas veces tarda demasiado en llegar.
Es necesario que la víctima se sienta segura, cosa que no ocurre una vez interpuesta la denuncia; de hecho, el último caso conocido de asesinato por violencia de género en Melilla, la mujer acudió a su agente de seguridad para informarle que se sentía amenazada por su ex pareja y ahora aparece muerta.

Se divulga el tema con folletos explicativos donde se facilitan los trámites para que estos sean entendibles por todas las clases sociales, pero el problema no está ahí. El problema reside en que, más explicados o menos, los procedimientos son los mismos. Si una persona es acosada, maltratada, repudiada, violada por su pareja o ex pareja y se enfrenta a un sistema judicial obsoleto, demasiado burocrático y extremadamente lento, a pesar de que la Ley Contra la Violencia de Género ha agilizado los tiempos, el desánimo aparece y se cuestiona el retirar la denuncia. Hay tiempo para reflexionar después de un maltrato y eso provoca que la mujer se sienta mal y decida no seguir por el camino más indicado.
Si protegemos al víctima, ganaremos todos.


Esperaremos el resultado del estudio que, como siempre, se verá interrumpido por más retiradas de denuncias y asesinatos.

martes, 2 de diciembre de 2014

VIOLENCIA INTRAGENERO

Cuando las mujeres comenzaron a luchar por sus derechos, a perder en muchas ocasiones la vida para intentar conseguir los privilegios equivalentes a los hombres, una nueva época empezó a forjarse. Años, siglos de lucha aún no terminada, están procurando poco a poco, que las mujeres y los hombres fuesen catalogados como personas iguales. La no distinción de sexos es la meta que se pretende perseguir. Y para eso, aún queda mucho.
Cuando hablo en foros diversos sobre violencia de género, lo hago referenciando un gran avance en la igualdad de las personas, el hecho de que una persona maltratada tenga una Ley que la ampare, la protega y así la equipare con los derechos de los hombres, haciendo incluso estos más rápidos de ejecutar, gracias a la aplicación de la misma, y lo hago siempre aplaudiendo estos avances para conseguir ser una sociedad más equilibrada, más justa.
Pero hay un hecho diferencial con el que no estoy en nada de acuerdo.
No quiero que esta sociedad distinga entre machismo y feminismo. Los extremos son complicados de entender, de defender y de ejecutar. Si estos dos senderos se antagonizan, crearemos un grave conflicto. Sé que la lucha de las mujeres por ser equiparadas a los hombres ha sido lenta, compleja e inacabada, que las mujeres siguen luchando por salarios iguales, por derechos sociales, por temas que antes parecían irrelevantes, pero que han alcanzado un gran protagonismo, como la educación de los hijos, los colores que dividían desde el nacimiento comportamientos diferentes, etc. Ahí se sigue luchando y muy activamente por parte de algunos colectivos con los que me congratulo. Pero, el hecho de haber sido marginadas durante siglos y siglos, no me convence para que ahora tenga que inventarse una palabra que describa el odio que la mujer pueda sentir hacia el sexo masculino.
La igualdad no es resaltar unos sobre otros, y por ello me postulo a favor de cambiar una Ley contra la Violencia de Género que me hace enfrentarme a colectivos de feministas y de homosexuales en todos sus ámbitos, que me hacen ver un odio incomprensible por estos mismos.
Siempre he defendido a personas que aman a personas, independientemente de su sexo. El amor es un nexo de unión entre dos seres y eso es lo más bonito que puede haber. Ahora bien, el hecho de que un heterosexual y un homosexual maltrate a su pareja, para mí, no está separado del hecho de que existe un maltrato.
Sé que muchos me tildarán de anacrónica, de ir contra las mujeres maltratadas, pero nada más lejos de la realidad.
El acto de maltratar es genérico en su contexto. Me da igual lo haga quien lo haga, si tiene pene o vagina, eso es indiferente. La violencia de género o de intragénero debería estar unidad en su lucha, porque al fin y al cabo, se refiere a la prepotencia que ejerce una persona sobre otra.
La razón que me han puesto para no estar de acuerdo en este planteamiento, ha sido el hecho de que el Código Penal español recoge los delitos por estos conceptos en su articulado. De acuerdo que los recoge, pero entonces, si queremos ser iguales, ¿por qué una Ley solo para mujeres? –Por los siglos de machismo que llevamos a nuestras espaldas?. Si esto es así, empecemos por quitar de nuestra dieta las manzanas, puesto que ellas causaron la expulsión del paraíso de Adán y Eva.
La Ley de Violencia de Género se ha hecho para agilizar, proteger y defender los derechos de las mujeres, ¿o los derechos de aquellas personas que son maltratadas?. Hay que cambiar la Ley para incluir como víctimas a los niños, pues hagámoslo también para los colectivos LGBT, puesto que los delitos en esta Ley, solo son considerados faltas en el Código Penal, y las penas de privación de libertad, son mucho mayores, así como la agilidad en la realización de sus contenidos.
Por todo ello, si se empieza por separar hombres de mujeres, el significado de igualdad de géneros, no tendrá ninguna razón de ser, puesto que, como dije antes, los extremos hacen que nos separemos del conjunto en sí, haciendo más patente aún la desigualdad, y esta vez con la temeridad de que pueda ser llevada a cabo por las propias mujeres.

Sé que estos comentarios me van a traer muchas críticas, pero siento decirles a aquellos que las emprenderán, que defenderé siempre a las personas maltratadas. PERSONAS, y que la intolerancia,  el odio y la discriminación generan violencia.

viernes, 28 de noviembre de 2014

FIN DE LA FIESTA

Ya pasó el día 25 de Noviembre. Ya se conmemoró con todo tipo de actos, el recordatorio de las mujeres fallecidas por esta lacra tan despreciable. Ya se apagaron las luces, y como decía Serrat, "ya vamos bajando la cuesta". Se acabó la fiesta. Se terminó lo que se daba. Se olvidó el tema en muchas instancias hasta el próximo año.
He visto cosas que me han llamado la atención, por ejemplo el hecho de que se celebrara este día con actuaciones musicales, como si se tratara de un festival para conmemorar la alegría de unos cuantos por el hecho. Me resultó verdaderamente aberrante. El carácter real del día se está perdiendo y se está reemplazando por una algarabía de la que en sucesivos años, me temo, veremos convertida en algún espectáculo masificado donde la gente vaya a divertirse.
Me horroriza pensar que a las víctimas no se las trata igual que a otro tipo de asesinatos, como los de la banda terrorista ETA, cuando todo el mundo se movilizaba y salía a la calle, emplazado por las distintas administraciones a nivel nacional, para repudiar el acto. Estas mujeres que mueren lo hacen también bajo  un yugo que, al no ser político, parece que se han relegado a un segundo plano, dejando que sus vecinos organicen manifestaciones, pero donde ni se les da la cobertura necesaria a la noticia, ni la masa sale a la calle.
Durante este día de conmemoración, he visto actos con fotos de políticos que se daban golpes de pecho por ser adalides de una lucha que, en modo alguno, están llevando a cabo.
Los partidos políticos se han echado a la calle para reclamar una atención que está muy lejos de ser real por su parte. Por ejemplo, "madres" de la Ley Contra la Violencia de Género, me han dicho a la cara que el tema ya está controlado al haber sido redactada ésta, organismos y grupos políticos de todo tipo han puesto buena cara, pero enseguida, han dejado el tema y han pasado de propuestas que, desde asociaciones y personas maltratadas, se reclamaban. Aún estoy esperando llamadas prometidas de grupos como el PP, IU o PSOE desde los que se han valorado ciertas acciones que jamás se llevaron a cabo, simplemente porque me negué a afiliarme a ningún grupo político. Las insignias no me dicen nada y de ellas reniego, al menos mientras alguna me demuestre, realmente, su afán de conseguir verdaderos logros para paliar el maltrato en nuestro país.
Las estadísticas, salvajemente falseadas, no reflejan la realidad de mujeres que deberían estar en ellas, y porque no interesa. Se habla de 45 mujeres muertas, en otras instancias de 42 y en algunas de 52. Contar muertes, si se hacen las cosas bien, no debe ser tan complicado; pero claro, si estás gobernando, interesa aminorarlas, mientras que si lo haces desde el lado opuesto, es fácil aumentarlas.
De todas maneras, en esas estadísticas no están los niños asesinados junto a sus madres, ni personas del mismo sexo, puesto que (y esto me ha hecho enfrentarme hasta con los propios colectivos gays) la violencia de género es sólo contra la mujer. Entonces, ¿si una mujer es maltratada por otra mujer, pareja de aquella, es maltrato o no?
Hubiese sido un buen momento para replantearnos un cambio en la Ley. Todo es mejorable, y sabemos que ésta se aprobó con un poco de prisa por apaciguar los ánimos de algunos colectivos, pero también es cierto que a través de esta disposición legal, se están cometiendo delitos por parte de las propias mujeres que en nada benefician a la realmente maltratada. Y eso creo que debería estar penado por esta misma Ley, sencillamente, porque es más rápida en su tratamiento.
Los delitos para hombres maltratados por sus parejas masculinas están dentro del código penal, pero no debemos olvidar que el maltrato entre parejas del mismo sexo, también necesita de un apoyo legal y que a través de la Ley Contra la Violencia de Género, una falta se convierte en delito y es mucho menos permisivo, a la vez que más rápido de sentenciar.
Creo que deberíamos apostar por estos cambios, seguir luchando en nombre de las mujeres asesinadas y exigir a nuestros políticos que hagan algo fuera del día 25 de noviembre. Menos fotos, más actuaciones y amparo de ayudas reales y directas a estas mujeres. Por ejemplo, en Murcia, no hay previsto fondo alguno para favorecerlas, solo a colectivos de inmigrantes y gitanos, pero se han olvidado de las mujeres maltratadas, a pesar de que son miles las denuncias que hay abiertas en los distintos juzgados contra hombres que emplean su fuerza bruta contra ellas.


jueves, 30 de octubre de 2014

FOLLETOS Y FOTOS

En estos días se están aprobando los presupuestos para el año próximo en las diferentes administraciones públicas. Compruebo, a través de las noticias que me llegan, que siguen recortados los datos para paliar la violencia de género.
Si analizamos las actividades que se realizan, observo alguna charla para expertos, un acto en Salamanca donde acudieron 20 mujeres, y la foto en una peluquería de Granada, de altos cargos entregando folletos informativos.
Primero, las charlas para expertos están bien; deben ponerse de acuerdo en cómo actuar, pero deberían ser tan a menudo, que no sea necesario destacarlas en los periódicos de la zona.

Segundo, que a un acto en la ciudad de Salamanca, acudan solamente veinte mujeres para interesarse por el tema, suena a que la divulgación, o es aburrida o cansina, o la gente no se interesa lo suficiente, o que los hombres lo tienen claro. Siempre he dicho, y mantengo, que la mujer conoce sus propios sentimientos, lo que está pasando; pero el hombre no tiene ni idea del sufrimiento que produce, y que sería bueno que, aparte de informar, formar y seguir a mujer maltratada en su calvario, se haga lo mismo con esas parejas que, quizás con un simple examen psicológico, y alguna charla, tengan una actitud menos violenta.
peluquerias
Foto: Radio Granada/ Cadena Ser
Tercero, que una pareja de altos cargos públicos, en Granada, se hagan la foto de rigor dentro de una peluquería, porque van a dejar unos folletos informativos, es una noticia que me avergüenza como mujer. Cuando se habla de que el gremio éste o aquél van a colaborar en la divulgación de información sobre el maltrato, se refieren, simplemente, a que dejan unos panfletos sobre el mostrador y, a lo sumo, un cartel en la puerta. Me parece desolador el acto que se firma con estos colectivos, para comprobar que se hace lo mismo que si de una actuación de circo se tratara. En serio, ¿no se puede hacer nada más? Miles de propuestas me vienen a la mente, pero yo no soy ese alto cargo que presume de cumplir con su cometido, porque ha salido en una triste foto junto a una peluquera que corta el pelo a un chico.
La lucha contra la violencia de género, es mucho más.
Se acerca el 25 de noviembre, día de recuerdo para las víctimas del maltrato, y día de esperanza para aquellas que se atreven a salir de su situación. Es un día donde, supuestamente, habrá movilizaciones. En ayuntamientos, comunidades autónomas e, incluso a nivel gobierno central, se harán folletos y fotos; fotos y folletos. Quizás alguna reseña en portada de algún diario, aunque esto habría que festejarlo, puesto que en los últimos años, solo he visto que se mencione este día, únicamente en un periódico regional y en una esquina. Y nada más.
Mujeres y hombres. Hay que hacer algo más. Todos nos sublevamos cuando sucede un hecho como el ocurrido en Galapagar, Madrid. Que un hombre, con orden de alejamiento, se plante delante de su víctima y le dispare en la frente, es algo que, aparte de conmovernos y culpar a policía, ayuntamiento, concejalías, etc., necesita nuestro apoyo para que estas cosas no ocurran. Si no nos movemos y reclamamos la atención que necesitan esas víctimas, con vehemencia, dudosamente vamos a salir de aquí.
Un gran pacto social donde el que sepa, que hable. Un acuerdo real con colectivos, pero no solo para dejar folletos divulgativos; sino para formar a esas peluqueras que hablan con sus clientas y que sepan que deben denunciar si observan algo raro; a esos taxistas que escuchan confesiones aterradoras; a esos farmacéuticos que expiden productos para curar heridas y saben qué las pueden producir; y así todos los colectivos.
Señores políticos, déjense las fotos inútiles para recavar votos y actúen. Muévanse de una vez y dejen trabajar a quienes quieren hacerlo, porque lo único que están consiguiendo, es que el maltrato se esté convirtiendo en un producto en rebajas.

viernes, 17 de octubre de 2014

NO AVANZAMOS

Ya tenemos los datos sobre violencia de género en España durante el segundo trimestre de 2014.  El Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, con sede en el Consejo General del Poder Judicial, así lo ha publicado.
Cifras alarmantes, para echarse las manos a la cabeza, cada año aumentadas, aunque sean en bajos porcentajes, pero sobre las que hay que replantearse muchas cosas.
Si cada campaña de información, cada divulgación de los objetivos de quienes se rasgan las vestiduras, suponen que las cifran van a disminuir porque las mujeres están cada vez más preparadas para afrontar este gravísimo problema, nos damos cuenta de que no es así.

Cada vez que salen las cifras, éstas tendrían que ser menores, sino, algo estamos haciendo y muy mal, rematadamente mal. Son más de diez años de Ley contra la Violencia de Género, y el panorama de mujeres maltratadas no mejora.

Veamos, durante los meses de Abril, Mayo y Junio de 2014, un total de 31.699 mujeres denunciaron, por motivación propia o impuesta, casos de maltrato. ¿Esto puede considerarse normal, si ello representa un aumento del 0’6% respecto a los datos del mismo período del año anterior?.
Aún hay un dato mucho más grave, de esas más de treinta y una mil mujeres que denunciaron maltrato, 4.188 retiraron la denuncia. Este informe no explica los motivos alegados, que imagino que se expondrán a la hora de retirar y archivar la causa; y me pregunto, ¿por qué no se sigue investigando, aunque la víctima retire los cargos?
El miedo puede hacer mucho daño, y más si tenemos en cuenta que si la denuncia deja de existir, cuando ocurre algún caso de maltrato con final fatal, aparecerá como que no existen cargos previos contra el causante.
Otro dato que me llama la atención, dentro del frío maremágnum de estadísticas que ha sido presentado hoy, es la poca implicación de familiares y amigos a la hora de denunciar. No es posible que de las 31.699 denuncias presentadas, solamente un 1’61% fuesen puestas en conocimiento de la autoridad competente, por personas cercanas a la víctima. Debemos de saber que la no prestación de auxilio es un delito, y que podemos ser multados y condenados por no denunciar hechos que ponen en peligro la vida de las personas. Quizás este mensaje debería darse más entre la población, habida cuenta que casi todos conocemos casos y tenemos pruebas de lo que ocurre en nuestro edificio, barrio o vecindario.
Entre las comunidades autónomas con mayor número de denuncias, se encuentran Baleares, Murcia y la Comunidad Valenciana, donde subieron los porcentajes desde un 21’9%, un 18’1% y un 16’6%, respectivamente.

Aún así, viviendo en Murcia y hablando con Ayuntamientos, Diputados Regionales, Directores Generales de la Comunidad Autónoma, observo en propia piel, el poco caso que se da a este problema. El 99% de las personas con cargo de responsabilidad con las que me he entrevistado para ayudar a zanjar el tema del maltrato, “han pasado” directamente del asunto. No interesa este tema y poco más se puede decir. Es evidente que la Administración Pública española no actúa en consecuencia, sino que deja el tema directamente en manos de la Justicia. ¿Dónde está la prevención?

Decir también que, de las 3.671 medidas civiles derivadas de órdenes de protección como de medidas cautelares, solamente el 5’5% fueron de suspensión de la guarda y custodia de los hijos, en el 3’2% de suspensión del régimen de visitas, y en el 0’6% de suspensión de la patria potestad.

La verdad es que las cifras no me cuadran. Demasiados acusados y pocas suspensiones en lo referente a los hijos, observo dictadas. Y eso que España está en el punto de mira de la Unión Europea por permitir que maltratadores acusados en firme, sigan teniendo contacto con sus hijos.
¿Y el futuro, cómo se presenta? Pues, francamente mal. Según el mismo informe, 38 menores han sido juzgados por violencia de género, de los cuales, 31 han resultado con imposición de medidas, mientras que los otros 7, quedaron totalmente absueltos de cualquier responsabilidad.

Tremendo enfado me causa este tema. Por ello, os indico que estoy poniendo en marcha la Asociación contra el maltrato denominada Nilunga, a fin de poder hacer muchas más cosas a favor de las personas maltratadas.

Si queréis más información, mandad un correo a Asociación.ni.ilunga@gmail.com