viernes, 24 de noviembre de 2017

¡HARTA DE MANADAS!

"La manada", ese nombre que desgraciadamente tanto está sonando en los informativos de estos últimos días, me está poniendo de los nervios.
Resultado de imagen de la manada juicioTodo se remite a la madrugada del día 7 de julio de 2016 cuando, sentada en un banco de la Plaza del Castillo de Pamplona, una chica espera a un amigo con el que ha venido desde Madrid para asistir a los San Fermines, a que éste vuelva hasta el coche donde iban a pasar la noche, cuando esta "manada" se acercó a ella y entabló conversación. La acompañarían hasta el coche para que no le pasara nada, pero a unos 350 metros, en un portal, comenzaron a violarla repetidamente.
La chica, asustada,quedó en shock y no podía oponer resistencia porque eran cinco bestias contra una mujer. ¿Qué iba a hacer?
No digo "supuestos" delincuentes sexuales, porque para mi no lo son. El simple hecho de grabar un acto así, tan degradante para una mujer, hace de ellos escoria. Y encima, algunos sectores sociales, varios medios de comunicación y algún que otro desaprensivo, muestra sus dudas porque quizás la chica quiso mantener relaciones con cinco animales a la vez, en plena calle. Eso me produce náuseas.
Desde el canal televisivo 13TV, que emitió por su cuenta y riesgo parte de la grabación que habían subido estos canallas a las redes sociales, cuando el juicio se está celebrando y haciendo caso omiso al derecho a la privacidad de la víctima, hasta que el juez pida investigar y admita cómo es la vida de esa chica desde el día de los hechos juzgados hasta hoy.
Resultado de imagen de la manada juicioEl magistrado estará buscando un justificante de que es una chica normal que no muestra problemas psicológicos a partir de aquel fatídico día, que mantiene abierta su cuenta de facebook, que sigue con sus amistades que, vamos, seguramente esta niña (porque es lo que es) quiere vivir al margen de aquel acto que marcó su vida. y así aseguran los psicólogos que la tratan en un informe de 48 páginas donde indican que la niña tenía miedo a que la relacionaran sus amistades y familia con aquel hecho, que no quería sentirse marcada socialmente por tal circunstancia y por ello subió un par de fotos a su perfil público.

Pero a los pocos días, uno de estos animales contrató un detective privado, sabiendo que se había denunciado el hecho, con el fin de seguir a la víctima y comprobar qué tipo de vida seguía haciendo. Y esto se admite en el juicio; no así las frases de los móviles de los sujetos donde manifestaban la intención de ejecutar un acto tan horrendo.
Las pruebas aportadas y admitidas, la alarma social, los comentarios donde se pone en duda la violación no consentida, todo ello unido solo me demuestra una cosa: España no ha avanzado en nada en cuanto al patriarcado instaurado en su piel de toro. España sigue teniendo un machismo clavado en las entrañas del que va a costar mucho salir. España vive en el hemisferio sur, mal que nos pese.
Recordemos que este país ha recibido críticas internacionales y varios tirones de orejas por sentencias que asustan: la Audiencia de Cantabria, durante el pasado mes de marzo, redujo la petición de la Fiscalía de condena por agresiones sexuales a una niña de cinco años, hija de su vecina, duranate los años 2005 a 2010, porque no queda probado que "opusiera resistencia física o protestara, llorara o gritara". El hombre fue condenado a 3 años y 9 meses de prisión. O que el juez del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía rebajase la pena de un asesino de su pareja a la que asestó 30 puñaladas,  de 25 a 17 años, porque solo reflejan un "enojo ciego", y así muchas más.
Resultado de imagen de la manada juicioEn este país donde tanto golpe de pecho se dan l@s polític@s para justificar los millones de euros que se gastan en esta lacra, nadie da un paso adelante y condena estas sentencias, nadie dice "BASTA" a que los medios de comunicación abran su información nacional con temas del tipo de "La Manada", para qué, pienso: Muy sencillo, para no hablar de otros asuntos y así desviar la atención de la población, pero utilizando para ello la vida de una persona de 19 años que debe intentar luchar contra el recuerdo de aquella madrugada y el movimiento social producido por aquella desgracia, y en su contra.