La chica, asustada,quedó en shock y no podía oponer resistencia porque eran cinco bestias contra una mujer. ¿Qué iba a hacer?
No digo "supuestos" delincuentes sexuales, porque para mi no lo son. El simple hecho de grabar un acto así, tan degradante para una mujer, hace de ellos escoria. Y encima, algunos sectores sociales, varios medios de comunicación y algún que otro desaprensivo, muestra sus dudas porque quizás la chica quiso mantener relaciones con cinco animales a la vez, en plena calle. Eso me produce náuseas.
Desde el canal televisivo 13TV, que emitió por su cuenta y riesgo parte de la grabación que habían subido estos canallas a las redes sociales, cuando el juicio se está celebrando y haciendo caso omiso al derecho a la privacidad de la víctima, hasta que el juez pida investigar y admita cómo es la vida de esa chica desde el día de los hechos juzgados hasta hoy.
Pero a los pocos días, uno de estos animales contrató un detective privado, sabiendo que se había denunciado el hecho, con el fin de seguir a la víctima y comprobar qué tipo de vida seguía haciendo. Y esto se admite en el juicio; no así las frases de los móviles de los sujetos donde manifestaban la intención de ejecutar un acto tan horrendo.
Las pruebas aportadas y admitidas, la alarma social, los comentarios donde se pone en duda la violación no consentida, todo ello unido solo me demuestra una cosa: España no ha avanzado en nada en cuanto al patriarcado instaurado en su piel de toro. España sigue teniendo un machismo clavado en las entrañas del que va a costar mucho salir. España vive en el hemisferio sur, mal que nos pese.
Recordemos que este país ha recibido críticas internacionales y varios tirones de orejas por sentencias que asustan: la Audiencia de Cantabria, durante el pasado mes de marzo, redujo la petición de la Fiscalía de condena por agresiones sexuales a una niña de cinco años, hija de su vecina, duranate los años 2005 a 2010, porque no queda probado que "opusiera resistencia física o protestara, llorara o gritara". El hombre fue condenado a 3 años y 9 meses de prisión. O que el juez del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía rebajase la pena de un asesino de su pareja a la que asestó 30 puñaladas, de 25 a 17 años, porque solo reflejan un "enojo ciego", y así muchas más.