Recién acontecida una marcha contra la violencia de género en ese país, donde el éxito ha sido abrumador, me encuentro con uno de esos actos que hacen que creas en las personas; sobre todo en las mujeres maltratadas, en aquellas que sacan de su más profundo y golpeado dolor, la fuerza suficiente para salir adelante y hacerse fuertes frente al agresor.
Un grupo de seis mujeres, hartas de soportar la violencia contra ellas por parte de sus parejas y cansadas de que la justicia no les hiciera caso, cogieron a sus hijos y se trasladaron a un monte en la periferia de La Plata, en el Barrio de Las Rosas, donde no había nada, pero sí árboles con los cuales construir una especie de chabolas para protegerse de las inclemencias del tiempo.
Los relatos individuales de estas guerreras son altamente duros y reflejan el dolor y la presión que han sufrido y de donde se ha propuesto salir, pese a quien le pese.
Poco a poco parece que esas chabolas se van fortaleciendo gracias a la ayuda de algunos colectivos que han decido ayudar y, ahora mismo, son 24 las mujeres que viven escondidas en aquel claro del monte dispuestas a sacar adelante a sus hijos y a ellas mismas.
Estas valientes tienen toda mi admiración a la par que el sistema legislativo de Argentina se lleva un buen tirón de orejas de mi parte. ¡Qué tengan que ser ellas mismas quienes tengan que salir porque no hay ayuda para que la sociedad les haga un hueco, les atienda y les respete! Me parece que si está bien hacer artículos periodísticos sobre el tema, también se debería acusar de la situación al gobierno de la nación y tener que llegar al extremo de que una persona tenga que salir del maltrato sin medios y sin ayuda.
Por otra parte, la cal de lo leído sobre el sistema en Argentina, referente al maltrato a la mujer, lo encuentro en un señor llamado Zaffaroni, quien manifestó en una entrevista en prensa cuando era ministro de la Corte Suprema Argentina, sobre la Ley que se quería aprobar sobre la violencia de género, que "no va a tener eficacia porque lo que tipifican no existe".
Afirmaba que no se puede caer en la trampa del poder punitivo. "Es perverso, quedate tranquila, quete voyu a dar un tipo penal. Tu marido te va a golpear como siempre, pero te voy a dar un diploma de víctima que lo podés colgar en la cama·.
Y si para colmo de males os digo que es Doctor Honoris Causa por 12 Universidades...qué?
Está visto que mientras existan símbolos machistas como el del Sr. Zaffaroni, tendrán que existir mujeres que luchen por ellas mismas como las mujeres de Las Rosas.