martes, 28 de marzo de 2017

MATAMOROS, PEGAMUJERES

Resultado de imagen de matamoros diegoCuando un famoso sale en televisión contando su historia, dice que lo hace para que la gente sepa que se puede salir de un mal hábito y que su ejemplo quiere que sirva de estímulo y advertencia al televidente, porque en este país, los personajes de los medios televisivos son como dioses a los que la masa persigue y hasta devora, a fin de conocer centímetro a centímetro el recorrido de su vida.
Y ahí tenemos el último ejemplo, el señorito Diego Matamoros que está colmando las cuotas de pantalla y las revistas del corazón a costa de un supuesto delito de maltrato a su ex compañera.
No sé por qué, pero las palabras que suelta mientras “supuestamente” llena su bolsillo por un hecho tan despreciable, me suenan a las mismas que un condenado por violencia de género emite ante un juez: “pensé que íbamos a volver”, “lo hice mal, lo sé y lo siento” “ella siempre ha sido el amor de mi vida”, “me equivoqué”…
¿Suenan o no suenan a otras tantas veces parafraseadas por un condenado por agresión e incluso homicidio contra su ex pareja? Como mujer maltratada, me chirrían los oídos y me causan tal repelús que desde aquí soy capaz de hacer magia negra contra el medio, en este caso revista, que ha publicado tales alegaciones defensivas del susodicho Matamoros.
Resultado de imagen de maltrato mujerDice estar arrepentido, que le pidió perdón, que el golpe no iba contra ella sino contra su acompañante, que se cayó y proyectó mal su puño. Pero, vamos a ver, ¿soltó su puño o no lo soltó?, ¿quería pegar a alguien o no?, ¿se percató de que estaba su ex pareja a su lado o no?
Estos hechos me producen escalofríos porque admite la rabia la sentía al ver a su ex con otro chico, admite que fue violento…¿qué más queremos saber? Y encima pide perdón en un medio de comunicación como lo es una revista, intentando hacer que miles de mujeres vean a esta persona como una víctima de la violencia de género.
Es un tema del que se va a hablar mucho y del que se sacarán, siempre supuestamente, buenos dividendos, teniendo en cuenta la catadura moral al hablar de sus bajos fondos familiares de los que rodean al protagonista de este triste suceso. 
El culpable, según sus propias palabras, es él mismo, pero siempre hay encubridores, actores de segunda fila que difunden el maltrato, que propician que el agresor es una víctima de las circunstancias y que ¡pobrecito! la justicia no debe ensañarse con él. Promulgan que el arrepentimiento es sincero y que es buena persona. Y aquí la revista “Semana” se beneficia, a la vez que el propio autor (¿), de un acto repugnante, porque el morbo de la gente no tiene límites, y saber que un famoso ha pegado a alguien por un ataque de celos, vende.
Resultado de imagen de television y dineroSi luego tenemos en cuenta la cuota de pantalla que tiene su propio padre, al que se le entrevista aparte y que también  (supuestamente) cobrará un plus por sus declaraciones, defendiendo lo indefendible, la suma de todo hace que los maltratadores anden sueltos, vitoreados en vez de apaleados y que tengamos que esperar a una justicia que ya sabemos, sobre todo por las últimas sentencias tan populares, que no es igual para todos.

Me siento víctima de la barbarie televisiva, del abuso que se hace de la defensa de un ser violento que, encima,  obtiene dividendos por las exclusivas cobradas a los medios y de querer cambiar los cánones preestablecidos y tantas veces oídos de “No me explico cómo pudo matarla, con lo buena persona que parecía.”