Ha sido recurrida cuatro veces por
inconstitucional, puesto que, según la titular del Supremo de Nicaragua, Alba
Luz Ramos, esa ley “es para combatir la
violencia, no es una ley contra los hombres".
Realmente es una Ley muy dura en cuanto a
las penas. Eso no me disgusta porque viendo como nos encontramos, con unas
estadísticas cada vez más aberrantes y que el hecho no para, el femicidio y los
malos tratos a la mujer deben de ser castigados para hacer frenar, de alguna
manera al futuro agresor.
Con lo que si creo que hay que tener cuidado
en esta ley, es con la presentación de denuncias falsas, puesto que por un
maltrato psicológico la pena de cárcel para el maltratador oscila entre los
seis meses y los dos años de cárcel. Todo dependerá de las pruebas que se
aporten en el momento de la instrucción del procedimiento; pero si la mujer
sigue un tratamiento psicológico, al menos es el psicólogo quien debe dar su
opinión, así como el psiquiatra forense. Por otra parte, para eso están.
Castiga diversos tipos de violencia, como la
física, psicológica, sexual y patrimonial; y además tipifica el maltrato
habitual como delito autónomo y establece la improcedencia de la mediación en
casos de violencia.
La norma impone hasta 30 años de prisión, la
pena máxima, a los hombres que ejerzan violencia sobre las mujeres.
Los recursos de inconstitucionalidad se
basan en la no mediación, aunque la mujer perdone al hombre, y que hay penas
demasiado duras y rígidas contra los varones. Así, al menos, no se estará
jugando con la justicia en los casos en que una mujer ponga, quite y vuelva a
poner y a quitar denuncias contra su pareja, en momentos de rabia y luego de
arrepentimiento
Por otra parte, la iglesia evangélica
"Asamblea de Dios" , ha dicho en un reciente informe que esta ley
"destruye el matrimonio y la familia, al no permitir la mediación en
delitos de orden leve" y que la misma está dirigida "contra los
hombres".
"Esta es una ley de venganza contra los
hombres, odia a los hombres, y el contenido mismo de la ley genera eso",
sostuvo ante periodistas el abogado Marlon Loásiga, uno de los que introdujo un
recurso por inconstitucionalidad por esa ley.
Lo que si es cierto es que la gente de a pie
no ha leído la ley, eso está sobradamente comprobado. Solamente los interesados
directos en el tema lo han hecho y ellos han sido los que han informado, cada
uno en su vertiente, de lo que creen positivo y negativo en ella, desde una
forma completamente subjetiva.
El problema de Nicaragua es que el maltrato
a la mujer es un hecho que asusta. El año pasado, según fuentes oficiales,
murieron 85 mujeres. Las estadísticas no han trascendido con el número de
agresiones, arrestados y delitos cometidos en torno a la violencia a la mujer.
Según el decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Americana
(UAM), Alejandro Aguilar, advirtió que, en efecto, ese cuerpo de leyes no es
perfecto; y alertó también de que la ley implementa el "derecho penal de
autor", que "es la imputación de responsabilidad penal a una persona
por formar parte de un colectivo".
"La imputación de una mujer que sufre
violencia debe ser con independencia de quién comete el acto, de si es mujer o
es varón", razonó.
Y ahí sigue esta Ley nicaragüense, creando
polémica entre los religiosos, los abogados independientes que creen que esta
ley desintegra a la familia al prohibir la mediación, y los organismos y
movimientos de mujeres que la defienden.
Por mi parte, animaros a leerla y a sacar vuestras propias
conclusiones.
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