Pero ese mismo día, recién levantadas, recibían desde España la noticia de que su madre, quien se había venido a trabajar para que a ellas no les faltase de nada hacía ya casi quince años, había sido encontrada muerta en su domicilio de Torre Pacheco, en Murcia.
La fiesta se canceló y los globos de colores se tornaron negros sobre las mesas de la terraza. Los vestidos se abandonaron en un rincón del armario y las lágrimas brotaron como sin prisa, sabiendo que ya nada se podía hacer.
Su primo Dennys había hecho tan fatídica llamada. No fue una felicitación por tan dichoso día, sino un golpe del que no podrán recuperarse nunca.
El Machacheño, como era conocido Marco Vinicio era un borracho, maltratador y ahora asesino, que no dudó en estrangular a su pareja y dejarla semidesnuda sobre la cama que ambos compartían, con una rosa sobre el pecho.
Este albañil ecuatoriano pensó que María Lourdes era de su propiedad, como tantos otros lo piensan, y ella creyó que los ataques de terror que vivía con él, también se pasarían, como tantas lo creen.
Ahora, Dennys llora, las gemelas lloran. Separados por un mar inmenso, el dolor se ha cruzado en el aire entre dos pueblos hermanos, y todos creen que se podría haber evitado el crimen, pero Marco Vinicio lo quería todo, la quería viva y la quería muerta, y lo segundo más que lo primero.
Y como los miembros de esta asociación: Ni Ilunga.
(Ilunga: La primera la permito, la segunda la tolero, pero la tercera no te la consiento)
Descansa en paz María Lourdes