viernes, 22 de noviembre de 2013

¿25 DE NOVIEMBRE, NAVIDAD?

En plena campaña institucional contra el maltrato a la mujer, mi agenda se llena de actos, charlas, tertulias café, mensajes de correo, llamadas de teléfono...porque el día 25 de noviembre se celebra el día internacional contra la violencia de género.
¿Y el resto del año?
Cada vez estos actos me recuerdan más a la Navidad. Ocasiones para hablar sobre el tema que se suceden en miles de lugares a la vez. Una semana y vuelta los datos al cajón de la mesa de despacho...hasta el próximo año.
Parece que durante esta semana nos vamos a comer el mundo, que las mujeres se van a apoyar unas otras, porque tras una charla, el ánimo se eleva, los casos salen a la luz ante el asombro de vecinas de quien habla...es cuando parece que se ve una luz al final del camino. Pero es un espejismo, porque los ánimos son como el papel, se guardan, vuelve el miedo y la rutina y la mujer que denuncia públicamente su caso, no emprende la segunda parte de la acción, y la más importante, cumplimentar el trámite judicial, desenmascarar al maltratador y dejar que la fiscalía actúe.
Es una pena, y no sabéis cuánto me entristece que esto suceda de este modo.
Cada día los políticos me defraudan más, solo interesa aparecer en fotos de prensa, en programas de televisión, pero con datos que se les dan ya elaborados, porque ni siquiera saben lo que sucede durante el resto del año.
Yo llevo casos de mujeres de años a los que sigo, y como yo, mucha otra gente se deja la piel por ayudar y estar ahí, día a día, codo con codo con las mujeres maltratadas. Hay gente que voluntariamente se entrega cada mañana, después de sus tareas domésticas, a salir a la calle y prestar una ayuda desinteresada que, aunque se haga en nombre de un partido político, llegado el momento no le apoyan.
Me he encontrado con casos en charlas de pueblos, sentada junto a una concejala de la mujer, que me preguntaba, después de oir el caso de una niña maltratada que ella conocía, qué podía hacer. ¡Por Dios! Los medios los tienes tú, la administración está a tu servicio, es tu obligación!!!.
A veces he recorrido cien kilómetros para ir a un pueblo, sin cobrar nada; simplemente les decía que me financiaba con la venta de mi libro ¡Zorra! que en presentaciones cuesta la irrisoria cantidad de 15€. Han llenado el local, han dado la cara como organizadoras en nombre del ayuntamiento de un acto que favorece a la mujer, y han sido incapaces de molestarse en comprar ni un solo libro. Esto se llama falta de estilo personal. De vuelta a mi casa, he intentado ponerme en contacto con las personas que he conocido en esas charlas, para seguir su caso, porque sé que desde algunos ayuntamientos, poco se les va a ayudar.
La política y la vida, cada día se alejan más. Me decepcionan los militantes y las militantes, me entristece más de lo que puedo expresar, que el maltrato a la mujer se haya convertido en un lavado de imagen y en un tira y afloja de acusaciones políticas de todos los bandos, mientras que la mujer es la que se encuentra en medio y soporta, además del maltrato de su pareja, el maltrato de quienes hemos puesto ahí a través de nuestros votos, para que la situación mejore.
Señores y señoras políticos/as por favor, realmente sientan la labor que están desempeñando porque hay vidas humanas en juego y esto no tiene nada que ver ni con la época navideña ni con las películas de televisión: esto es real.

jueves, 21 de noviembre de 2013

LOS ASESINOS TIENEN NOMBRE

            Hoy leo en la prensa una carta que redacta Flor de Torres Porras,  fiscal delegada de Andalucía de violencia a la mujer y contra la discriminación por identidad sexual. En ella, dedica unas conmovedoras palabras a Luva, quien en 2004 perdió a su nieto y a su hija a través de las puñaladas que recibieron ambos del marido y padre de ambos.
  Esta carta denota empatía, cariño, impotencia; pero también deja clara la falta de compromiso que, por parte de quienes luchan contra el maltrato, impide denunciar en mayúsculas al maltratador, y en este caso, asesino.
Flor hace brevemente una introducción al caso de Luva, a su hija Irina, de 28 años quien amamantaba a su bebé Sergio, de nueve meses y de cómo I.D., su yerno, entró en la cocina, cogió dos cuchillos grandes y afilados y se dirigió hacia ellos, clavándoselos a ambos, pero asegurándose de que Irina pudiese ver como su hijo era asesinado antes de morir, mientras su asesino, apoyado en el quicio de la puerta, sonreía al ver la escena.
            La brutalidad de este hecho, ocurrido el 28 de abril del 2004, hizo que se apresara al asesino (presunto por aquel entonces), se le juzgara y se le sentenciara a 37 años de prisión. Eso si, en su defensa, I.D. justificó su agresión al hecho de que unas voces le indicaban que era eso lo que tenía que hacer, que estaba fuera de sí. Esto es algo muy común en quien comete un delito. La mente es difícil de analizar y se intentan salvar quienes cometen un atentado, a través de aducir enajenaciones y otras tonterías.
           ¿Por qué cuento esto hoy? Sencillamente porque en la carta y el correspondiente artículo de el periódico El País, se ponen claramente los nombres de las víctimas, pero no el de su asesino, quien se identifica sencillamente con I.D., sin hacer mención a ningún dato que pueda revelar su persona.
            Esto sí me parece grave, gravísimo. Por respeto a Irina, a Sergio y a su madre Luva, quien lleva el dolor cargado a sus espaldas hasta el día que muera, creo que quien debe identificarse es el asesino. No poner I.D., sino decir su nombre, apellidos, lugar de origen, su número de identificación fiscal, y hasta su foto.
            La justicia parece defender al asesino. Primero, llamándole presunto hasta en los casos en los que comete su delito delante de testigos; segundo, ocultando su identidad; y, en tercer lugar, editándose sentencias favorables como la de Estrasburgo sobre la anulación de la doctrina Parot, que permite la salida a la calle de asesinos y otros despojos humanos sobre quienes debería aplicarse la inmediata extradición de este país, si son puestos en libertad.

            Agradezco a la fiscal Flor de Torres, el haber devuelto a la actualidad el caso de Irina y de Sergio, porque, aunque haya sido para enaltercer su recuerdo, se ha vuelto a hablar de dos seres inocentes que perdieron la vida a manos de un “no identificado públicamente”.

lunes, 18 de noviembre de 2013

MI DIARIO ES MI MOVIL

El teléfono móvil se ha convertido en el diario íntimo de otras generaciones. La llave de aquellos libritos que completábamos día a día y después cerrábamos bajo una llave que colgábamos del cuello, son ahora aparatos móviles, con clave de acceso y una información que, lejos de ser personal, sí continua siendo íntima de forma engañosa, al ser compartida por decenas, cientos de amigos de los que apenas se conoce poco más que su nombre, y si éste no es ficticio.
Los datos que me llegan a diario escandalizan.
Si pudiéramos acceder a los mensajes que nuestros adolescentes se envían de forma continuada, nos echaríamos las manos a la cabeza comprobando las barbaridades que se dirigen en forma de caracteres informáticos.
El ciberacoso está plagando nuestra sociedad, estamos creando una generación que admite el maltrato psicológico como algo normal.
Donde los adultos vemos síntomas alarmantes de control, los jóvenes ven síntomas de amor por parte de su pareja.
Saber dónde estamos, qué estamos haciendo, cuando nos hemos conectado por última vez, son síntomas de relaciones imperfectas, no de la libertad que debe llenar anexa toda relación amorosa.
Nuevos términos se asocian a estas formas de relacionarse: “ciberacoso” o acoso a través de las redes sociales;  “grooming” o acoso sexual en la red; “sexting” sexo en la red.
Tenemos que ser conscientes que en 2012, el 60% de las llamadas que se recibieron de menores de edad en el teléfono de mujeres maltratadas, correspondía a menores que tenían 17 años, un 19% tenía 16 años y lo más inquietante de todo es que el 12% de las llamadas fueron realizadas por niñas de 13 y 14 años.
Estos datos nos dan una muestra de hasta qué punto el maltrato está dándose en jóvenes, casi niños; puesto que la edad de noviazgo en España ha bajado hasta los 13 años.
La mayoría de las denuncias se han interpuesto porque en un momento de enervación amorosa, las adolescentes colgaron fotos íntimas que después fueron reenviadas a compañeros del colegio o del instituto, e incluso a familiares y amigos.
Casi siempre es la intervención de algún mayor lo que hace posible que estas niñas denuncien. Esto nos hace comprobar que debemos estar pendientes de cualquier rasgo en el comportamiento de nuestros menores que nos ayude a identificar una situación de este tipo.


miércoles, 13 de noviembre de 2013

SUPUESTAMENTE...

Le llamaré María, porque todas las mujeres se supone que nos llamamos así.
Supuestamente, esa mañana se despertó como siempre. Amparada por su pueblo, Torremolinos, intentó hacer un día normal de una vida anormal. María atendió su casa, posiblemente habló por teléfono con su hija y quizás salió a hacer alguna compra para preparar la comida.
Supuestamente, fue un día normal. Su pareja salió como todas las mañanas y, supuestamente, bebió con los amigos después del trabajo.
María estaba preocupada. Sus vecinas la notaban rara. Ya le habían visto en alguna ocasión magulladuras e incluso algunas, supuestamente, habían escuchado gritos en la casa. Quizás por eso su hija no estaba con ella. La edad, diría María, para espantar malos hábitos y demonios que rondaban por la casa y compartían con ella una vida dura que le había tocado vivir.
Ya había pasado por el maltrato antes. No fue una chica ni guapa ni fea; pero sí con mala suerte en el amor. Siempre acudían a ella los peores chicos, los más gamberros, los más intolerantes, los más maltratadores…ya se lo decía su madre. Pero para María el amor era un ciego sin operación y el corazón no mandaba sobre su cabeza.
Dos parejas, dos rupturas por maltrato. A la tercera va la vencida. Esta era su última oportunidad, decía ella. Su hombre no era malo; quizás algo violento, pero, supuestamente, nada amenazante.
María había sobrevivido a sus anteriores relaciones; y otras relaciones de su hombre habían sobrevivido a él. Ya le había denunciado, pero no pasó, supuestamente, nada más.
No era feliz, pero vivía en una condición asumida que iba con ella desde el amanecer hasta el ronquido de su pareja. Era miedo, pero un miedo amigo, porque nadie más que un amigo puede permanecer contigo durante tanto tiempo.
La otra noche, supuestamente, su hombre vino enfadado. Supuestamente, le amenazó, le gritó, le pegó. Haciendo uso de su fuerza, supuestamente, cogió un cuchillo de la cocina y terminó para siempre con la vida de María. Ya se había ido el miedo. El de ella y el de él. Ya no habría más discusiones ni más denuncias.
Algunos dirán que, supuestamente, lloró y se arrepentió.
Comprobó lo que había hecho y se entregó a la policía, quienes dijeron que, supuestamente, la había matado.
Supuestamente María habría muerto a manos de un asesino.
Supuestamente es presunto.

¿Supuestamente?

lunes, 28 de octubre de 2013

ESOS PEQUEÑOS OLVIDADOS





            Las mujeres maltratadas no son las únicas que se sienten desprotegidas ante una situación de violencia. Más de la mitad tienen hijos que sufren el acoso, la manipulación y hasta los golpes. Niños y niñas que han asumido que el rol de la familia es que el padre grite, amenace, insulte y golpee a la mujer.
            Se les llama “los pequeños olvidados” y es necesario con urgencia que la sociedad se vuelque hacia ellos.
            Poco a poco las mujeres maltratadas se dan cuenta que no pueden continuar con esta situación, precisamente, porque tienen hijos pequeños compartiendo un hogar donde el horror y el miedo son contínuas sombras que cohabitan con ellos. Se va dejando atrás aquel concepto de “no me separo por mis hijos”. Menos mal que se va avanzando; pero a la vez se retrocede al no tener preparado un dispositivo rápido y eficaz que consiga que un niño se olvide de lo vivido en su casa.
            A estos niños-adolescentes, lo único que les queda en el recuerdo pasado el tiempo, es que palabra “familia” describe una cueva negra, con un monstruo que levanta la mano y grita, según demuestran dibujos realizados ante psicólogos. Dibujos donde el sol no sonríe y no sale humo de las chimeneas, ni las casas tienen un camino verde con arbolitos. Y cuando se les pide a estos niños que dibujen a sus padres y a sus hermanos, se percibe el alejamiento físico del padre y de la madre: culpan a ambos, uno por infligir dolor y la otra por permitirlo. Se les ve unidos a sus hermanos, sobre todo si éstos son mayores.
            Para estos niños, atrás quedaron los cuentos de hadas y los picnics familiares, las vacaciones en la playa y las fiestas de fin de curso con sus papás cerca de ellos.
            Estos niños se han hecho adultos dolidos y, sin tratamiento, lo seguirán siendo para el resto de su vida, culpabilizarán a la sociedad en general del dolor sufrido, o crearán su propia familia basada en la misma dictadura que han vivido, porque no han conocido otra cosa.
            Cuando un niño tiene que declarar en un juicio a fin de relatar lo acontecido en su casa, produce un dolor demasiado hondo. Se le ve narrar auténticas tragedias sin emociones, sin inmutarse. Habla del dolor como algo normal con lo que ha vivido toda su vida. (recordemos los niños que han visto cómo su padre asesinaba a su madre delante de ellos). Un niño solo, en una sala plagada de personas mayores, debe sentirse desprotegido, porque la ley pide explicaciones siempre del mismo modo, y un niño es un niño. Y eso se olvida en una sala cualquiera de un tribunal cualquiera.
            Los niños son los grandes olvidados, los más desprotegidos y la semilla que brotará convertida en maleza o en rosal. Todo depende de que les ayudemos a olvidar lo antes posible.
            

lunes, 21 de octubre de 2013

LAS MUJERES Y LOS DATOS DE LA MATO


Ahora entiendo porqué aquella psicóloga de un CAVI cualquiera, decía a sus pacientes que mientras no recibiesen palizas y llegasen allí con un parte de lesiones del hospital, no podía ayudarlas.

Esta señora no era  Ana Mato, pero seguro que eran familia.

 El titular de el periódico PUBLICO así lo confirma:  La nueva estadística de Mato sobre maltrato sólo incluirá a las hospitalizadas más de 24 horas

Para quien desconozca quien es esta señora, les informo que es la actual ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Ahora que podíamos haber hecho algo para concienciar a la gente de la cantidad de mujeres que sufren este padecimiento cotidiano, ahora que podríamos estar hablando de maltrato físico, psíquico, abusos sexuales o asesinatos; ahora que se pretende cambiar la forma de hacer llegar la verdad a quien quiera escucharla; sólo van a permitir considerar como víctimas de violencia de género a aquellas mujeres que sean hospitalizadas tras sufrir una brutal agresión.
Y la excusa es que antes solo se contabilizaban mujeres asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas. Me parece vergonzoso. Y que una ministra se quede tan pancha!
¿Qué se estaba haciendo desde su departamento hasta la fecha, Sra. Mato?  ¿Qué piensa hacer ahora, esperar a la puerta del hospital por si la mujer sale viva o muerta para incluirla en una u otra lista?
Una mujer maltratada no es un dato estadístico. Ya puse esta frase en la portada de mi libro ¡Zorra! pero parece ser que según los políticos (y para colmo mujer) piensan que sí seguimos siéndolo.
Da la sensación de que una mujer que acude a su médico de cabecera, a un hospital pero no es ingresada, o permanece 23’50 horas en observación, ya no es una mujer maltratada.
Está muy bien defender la acusación que desde una sociedad real se le puede hacer a esta señora, alegando que , oiga usted, que no es poco: “Antes las mujeres agredidas no se incluían en ninguna estadística”.
Y desde enero de este año se está intentando incluir ese dato en la base del Ministerio, pero aún no lo han hecho. Ni eso. Hacer algo que es tan sencillo como recibir datos de un hospital, tampoco se ha puesto en marcha. Así no avanzamos, así no enseñamos, así no involucramos a nadie. Así las mujeres se desesperan. Y mueren.
Desde la Secretaría de Estado han aseverado que . "Las demás mujeres que acuden con un brazo roto o un ojo morado, desde luego que son víctimas, pero es más difícil incluirlas", añaden estas fuentes que inciden en que "este es sólo un primer paso" y que "hay que ir poco a poco".
Y para colmo, la nueva ley de reforma local que se está preparando, deja a los ayuntamientos, que son los que están más cerca de las víctimas, sin competencia.
Demasiado despacio. Así siempre ganarán los maltratadotes.
Las mujeres maltratadas seguirán invisible a los ojos de todos, porque para el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad solo existen aquellas mujeres que han sido asesinadas o las que pueden serlo en breve por las heridas recibidas. Las demás, las que soportan un guantazo, un insulto o una violación no lo son.
Increíble pero cierto.


viernes, 18 de octubre de 2013

ALARDE POLITICO Y CALLES SUCIAS


Según relata la prensa esta semana, los delitos contra la libertad sexual y los relacionados con la violencia de género aumentaron el año pasado en la provincia de Alicante. La Fiscalía ha emitido su informe anual y en él se aprecia que los casos relacionados contra la libertad sexual crecieron un 4%, al pasar de 451 causas incoadas en 2011 a 468 en 2012. Especialmente significativo resulta el incremento en un 116%, de las violaciones, el de los abusos sexuales, en un 71% en el caso de la prostitución, y entre los menores de edad en un 125% o la distribución de material pornográfico en un 175%.
Por otro lado, los malos tratos a mujeres en el ámbito familiar aumentaron un 18% y los procedimientos abiertos por quebramiento de los deberes de custodia, aumentaron un 650% más, pasando de 6 a 45 durante el año pasado.
Mientras esta información me llega por un lado, por otro leo una noticia sobre la Delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Blanca Hernández, que dijo ayer que  "en este momento no se prevé la elaboración de una legislación integral contra la trata de personas ". Quizás no lo vea necesario, igual no lee los informes de la Fiscalía que, como en el caso de Alicante, presentan cifras tan alarmantes. Quién sabe. Lo único cierto es que me cansan los titulares donde los golpes de pecho de este Gobierno son como fustigamientos de todos sus miembros ante esta lacra tan execrable.
Y mientras esto pasa, en Galicia la asociación Ve-laluz ha decidido hacer una huelga de hambre en pro de las mujeres víctimas de violencia de género, porque en esa comunidad autónoma se han cerrado centros de atención prolongada a mujeres maltratadas y  se les ha quitado el llamado "sueldo de la libertad" que consistía en una mísera propina a mujeres para rehacer su vida y la de sus hijos, durante un tiempo limitado, entre otras medidas.
Pero todo está bien, el gobierno forma, instruye, publicita, informa y ejecuta mesas redondas para exponer los proyectos millonarios que se van a poner en marcha. Algo que no he entendido nunca, ¿por qué las reuniones de expertos se hacen públicamente y alzan la cabeza ante todos los resultados que se esperan? No creo que sea para que el erario público pague hasta esas reuniones, desplazamientos y dietas que son necesarias para llevarlas a cabo. No creo (?)
Parece que la mitad del país funciona de una manera real y la otra vive en los cuentos de Yupi. No hay una línea recta, no hay acuerdos; solamente encuentro gente que trabaja sin alzar la voz y sin que se la oiga, pero que están al lado de las víctimas y las ayudan directamente a ellas; que piden endurecimiento de las penas a los agresores, y veo una clase política que no trabaja en la calle, que se reparte el pastel que le ha tocado de la Unión Europea (recordemos que España recibe 3.200 € por mujer maltratada) y solo están para la foto.
Darles la ayuda recibida directamente a la mujer no entra en sus planes. Hacer casas de acogida que verdaderamente funcionen, tampoco, poner en funcionamiento minicréditos para que sean autónomas de sus vidas, menos. Actuar y no alardear. Es tan sencillo como eso.