lunes, 28 de octubre de 2013

ESOS PEQUEÑOS OLVIDADOS





            Las mujeres maltratadas no son las únicas que se sienten desprotegidas ante una situación de violencia. Más de la mitad tienen hijos que sufren el acoso, la manipulación y hasta los golpes. Niños y niñas que han asumido que el rol de la familia es que el padre grite, amenace, insulte y golpee a la mujer.
            Se les llama “los pequeños olvidados” y es necesario con urgencia que la sociedad se vuelque hacia ellos.
            Poco a poco las mujeres maltratadas se dan cuenta que no pueden continuar con esta situación, precisamente, porque tienen hijos pequeños compartiendo un hogar donde el horror y el miedo son contínuas sombras que cohabitan con ellos. Se va dejando atrás aquel concepto de “no me separo por mis hijos”. Menos mal que se va avanzando; pero a la vez se retrocede al no tener preparado un dispositivo rápido y eficaz que consiga que un niño se olvide de lo vivido en su casa.
            A estos niños-adolescentes, lo único que les queda en el recuerdo pasado el tiempo, es que palabra “familia” describe una cueva negra, con un monstruo que levanta la mano y grita, según demuestran dibujos realizados ante psicólogos. Dibujos donde el sol no sonríe y no sale humo de las chimeneas, ni las casas tienen un camino verde con arbolitos. Y cuando se les pide a estos niños que dibujen a sus padres y a sus hermanos, se percibe el alejamiento físico del padre y de la madre: culpan a ambos, uno por infligir dolor y la otra por permitirlo. Se les ve unidos a sus hermanos, sobre todo si éstos son mayores.
            Para estos niños, atrás quedaron los cuentos de hadas y los picnics familiares, las vacaciones en la playa y las fiestas de fin de curso con sus papás cerca de ellos.
            Estos niños se han hecho adultos dolidos y, sin tratamiento, lo seguirán siendo para el resto de su vida, culpabilizarán a la sociedad en general del dolor sufrido, o crearán su propia familia basada en la misma dictadura que han vivido, porque no han conocido otra cosa.
            Cuando un niño tiene que declarar en un juicio a fin de relatar lo acontecido en su casa, produce un dolor demasiado hondo. Se le ve narrar auténticas tragedias sin emociones, sin inmutarse. Habla del dolor como algo normal con lo que ha vivido toda su vida. (recordemos los niños que han visto cómo su padre asesinaba a su madre delante de ellos). Un niño solo, en una sala plagada de personas mayores, debe sentirse desprotegido, porque la ley pide explicaciones siempre del mismo modo, y un niño es un niño. Y eso se olvida en una sala cualquiera de un tribunal cualquiera.
            Los niños son los grandes olvidados, los más desprotegidos y la semilla que brotará convertida en maleza o en rosal. Todo depende de que les ayudemos a olvidar lo antes posible.
            

lunes, 21 de octubre de 2013

LAS MUJERES Y LOS DATOS DE LA MATO


Ahora entiendo porqué aquella psicóloga de un CAVI cualquiera, decía a sus pacientes que mientras no recibiesen palizas y llegasen allí con un parte de lesiones del hospital, no podía ayudarlas.

Esta señora no era  Ana Mato, pero seguro que eran familia.

 El titular de el periódico PUBLICO así lo confirma:  La nueva estadística de Mato sobre maltrato sólo incluirá a las hospitalizadas más de 24 horas

Para quien desconozca quien es esta señora, les informo que es la actual ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Ahora que podíamos haber hecho algo para concienciar a la gente de la cantidad de mujeres que sufren este padecimiento cotidiano, ahora que podríamos estar hablando de maltrato físico, psíquico, abusos sexuales o asesinatos; ahora que se pretende cambiar la forma de hacer llegar la verdad a quien quiera escucharla; sólo van a permitir considerar como víctimas de violencia de género a aquellas mujeres que sean hospitalizadas tras sufrir una brutal agresión.
Y la excusa es que antes solo se contabilizaban mujeres asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas. Me parece vergonzoso. Y que una ministra se quede tan pancha!
¿Qué se estaba haciendo desde su departamento hasta la fecha, Sra. Mato?  ¿Qué piensa hacer ahora, esperar a la puerta del hospital por si la mujer sale viva o muerta para incluirla en una u otra lista?
Una mujer maltratada no es un dato estadístico. Ya puse esta frase en la portada de mi libro ¡Zorra! pero parece ser que según los políticos (y para colmo mujer) piensan que sí seguimos siéndolo.
Da la sensación de que una mujer que acude a su médico de cabecera, a un hospital pero no es ingresada, o permanece 23’50 horas en observación, ya no es una mujer maltratada.
Está muy bien defender la acusación que desde una sociedad real se le puede hacer a esta señora, alegando que , oiga usted, que no es poco: “Antes las mujeres agredidas no se incluían en ninguna estadística”.
Y desde enero de este año se está intentando incluir ese dato en la base del Ministerio, pero aún no lo han hecho. Ni eso. Hacer algo que es tan sencillo como recibir datos de un hospital, tampoco se ha puesto en marcha. Así no avanzamos, así no enseñamos, así no involucramos a nadie. Así las mujeres se desesperan. Y mueren.
Desde la Secretaría de Estado han aseverado que . "Las demás mujeres que acuden con un brazo roto o un ojo morado, desde luego que son víctimas, pero es más difícil incluirlas", añaden estas fuentes que inciden en que "este es sólo un primer paso" y que "hay que ir poco a poco".
Y para colmo, la nueva ley de reforma local que se está preparando, deja a los ayuntamientos, que son los que están más cerca de las víctimas, sin competencia.
Demasiado despacio. Así siempre ganarán los maltratadotes.
Las mujeres maltratadas seguirán invisible a los ojos de todos, porque para el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad solo existen aquellas mujeres que han sido asesinadas o las que pueden serlo en breve por las heridas recibidas. Las demás, las que soportan un guantazo, un insulto o una violación no lo son.
Increíble pero cierto.


viernes, 18 de octubre de 2013

ALARDE POLITICO Y CALLES SUCIAS


Según relata la prensa esta semana, los delitos contra la libertad sexual y los relacionados con la violencia de género aumentaron el año pasado en la provincia de Alicante. La Fiscalía ha emitido su informe anual y en él se aprecia que los casos relacionados contra la libertad sexual crecieron un 4%, al pasar de 451 causas incoadas en 2011 a 468 en 2012. Especialmente significativo resulta el incremento en un 116%, de las violaciones, el de los abusos sexuales, en un 71% en el caso de la prostitución, y entre los menores de edad en un 125% o la distribución de material pornográfico en un 175%.
Por otro lado, los malos tratos a mujeres en el ámbito familiar aumentaron un 18% y los procedimientos abiertos por quebramiento de los deberes de custodia, aumentaron un 650% más, pasando de 6 a 45 durante el año pasado.
Mientras esta información me llega por un lado, por otro leo una noticia sobre la Delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Blanca Hernández, que dijo ayer que  "en este momento no se prevé la elaboración de una legislación integral contra la trata de personas ". Quizás no lo vea necesario, igual no lee los informes de la Fiscalía que, como en el caso de Alicante, presentan cifras tan alarmantes. Quién sabe. Lo único cierto es que me cansan los titulares donde los golpes de pecho de este Gobierno son como fustigamientos de todos sus miembros ante esta lacra tan execrable.
Y mientras esto pasa, en Galicia la asociación Ve-laluz ha decidido hacer una huelga de hambre en pro de las mujeres víctimas de violencia de género, porque en esa comunidad autónoma se han cerrado centros de atención prolongada a mujeres maltratadas y  se les ha quitado el llamado "sueldo de la libertad" que consistía en una mísera propina a mujeres para rehacer su vida y la de sus hijos, durante un tiempo limitado, entre otras medidas.
Pero todo está bien, el gobierno forma, instruye, publicita, informa y ejecuta mesas redondas para exponer los proyectos millonarios que se van a poner en marcha. Algo que no he entendido nunca, ¿por qué las reuniones de expertos se hacen públicamente y alzan la cabeza ante todos los resultados que se esperan? No creo que sea para que el erario público pague hasta esas reuniones, desplazamientos y dietas que son necesarias para llevarlas a cabo. No creo (?)
Parece que la mitad del país funciona de una manera real y la otra vive en los cuentos de Yupi. No hay una línea recta, no hay acuerdos; solamente encuentro gente que trabaja sin alzar la voz y sin que se la oiga, pero que están al lado de las víctimas y las ayudan directamente a ellas; que piden endurecimiento de las penas a los agresores, y veo una clase política que no trabaja en la calle, que se reparte el pastel que le ha tocado de la Unión Europea (recordemos que España recibe 3.200 € por mujer maltratada) y solo están para la foto.
Darles la ayuda recibida directamente a la mujer no entra en sus planes. Hacer casas de acogida que verdaderamente funcionen, tampoco, poner en funcionamiento minicréditos para que sean autónomas de sus vidas, menos. Actuar y no alardear. Es tan sencillo como eso.

jueves, 17 de octubre de 2013

¡TODOS JUNTOS!

          Siempre incido en la necesidad de divulgar y educar sobre el tema de la violencia de género. Insisto permanentemente, tanto en este blog como en las presentaciones de mi libro ¡Zorra!, así como en las mesas redondas y conferencias a donde acudo,  en que se debe de luchar, de concienciar, de no dejar a nadie sin conocer los perjuicios que ocasiona la violencia a la mujer, y los prejuicios que aún se tienen al respecto. Denunciar, denunciar y denunciar; pero también es muy importante mantener la denuncia, involucrar a los familiares, amigos, vecinos. Todo el mundo es necesario cuando se trata de acabar con esta lacra.
          Alguna gente me acusa de ser partidista, de no defender las campañas que hace el gobierno al respecto, de creer en una ley que no es perfecta, etc. Es cierto que no defiendo al gobierno, no porque sea de un color o de otro, sino simplemente porque estoy viendo cosas que me desesperan. He visto CAVIS (centros de atención a víctimas de la violencia de género) que han cerrado y solamente se dedican a asistencia jurídica. He observado como casas refugio han cerrado sus puertas por falta de medios, compruebo que una vez que se pone la denuncia, policía y jueces no tienen en la mayoría de las ocasiones los medios suficientes y las penas necesarias a imponer. Leo la nueva fórmula de estadísticas donde solamente se quiere incluir como víctimas a aquellas mujeres que estén ingresadas en un hospital, las tasas por denunciar...Son demasiadas cosas las que diariamente acuden a mi, bien por prensa, televisión, correos de mujeres maltratadas pidiendo ayuda, cartas, etc, que no voy a defender jamás un sistema que no resuelva el problema del maltrato a la mujer.
          Igual me refiero a la Ley de Violencia de Género. Tiene muchas lagunas. Nos hemos olvidado de los niños, del dinero para implantar las medidas que se dejan abiertas a criterios de los subsiguientes decretos a instaurar, hemos querido ser progresistas en un tema tan antiguo como el vivir. Me da exactamente igual el  gobierno de turno. Mientras en este país exista una mujer maltratada, lucharé con todas mis fuerzas por vencer el miedo de esas mujeres y curar sus heridas en la medida de lo posible.
          Todavía hay gente que me cuenta de una amiga que está sufriendo maltrato y que no hacen nada al respecto porque temen la reacción de la chica, puesto que "lo quiere muchísimo". Frases tremendas. Pero lo que más echo en falta es la divulgación y la concienciación entre gente que está a mi lado en el café de la tarde o en la peluquería. Todos conocemos casos y todos callamos.
Os pido que hagamos un diálogo interactivo aprovechando este blog, que compartais comentarios conmigo, puesto que a otra gente le llega.
Este espacio lo lee gente de China, Ucrania, Argentina, Chile, Estados Unidos, Venezuela, Turquia, Rusia... y así hasta una interminable lista que abarca muchos países. Vamos a aprovechar la divulgación que nos permite internet y unirnos para acabar con ese gravísimo problema.
Os espero.

domingo, 13 de octubre de 2013

CUANDO LA VIOLENCIA NO SE TOMA EN SERIO


            Cuando se considera que existe un problema grave, lo más práctico es solucionarlo. El hecho de que la violencia de género tenga tantas trabas para aplicarse correctamente, no es otro que no se contempla como un problema real. Los políticos aún creen que estamos en la Edad de Piedra donde todo era permitido y se podía actuar de cualquier manera para acallar a las masas. Pero las masas no son tan ingenuas como ellos creen.
            Cuando hay una crisis política con otro país, se invierten medios económicos y humanos para atajarla cuanto antes; igual sucede con los temas que se consideran realmente graves, menos con la violencia de género. Existen leyes cojas que ni siquiera se aplican de la forma correcta porque la legislación vigente de un Código Civil y de un Código Penal no ha avanzado en esta materia. Sino se limitan los casos que van a ser juzgados de una manera u otra, difícilmente se tendrá una objetividad plena de quienes imparten las condenas: los jueces.
            No es necesario llegar a los extremos que, como India, ha implantado el gobierno de ese país. Nueve meses después de la brutal violación por varios individuos a una estudiante en un autobús, se ha aprobado una ley que castiga a los violadores con la pena de muerte. Solo en nueve meses y en un país que suponemos atrasado. Cierto que no es necesario llegar a esos extremos, y menos nosotros que vivimos en un Estado de Derecho democrático, pero también es verdad que ellos han visto un problema y quieren atajarlo, porque el pueblo se les echa encima. Aquí da igual lo que hagamos porque jamás nos darán la razón.
            Como decía Juan José Millás: “somos una nación que ha votado a una empresa de demoliciones para construir un país” Y estoy totalmente de acuerdo con él.
            Hace pocos días hablaba del tema con representantes del PSOE y, sinceramente, después de ver la ley que se aprobó (falta de muchas cosas), del esfuerzo que se hizo en su momento por crear centros de acogida y los famosos CAVI (centros de atención a víctimas del maltrato, hoy convertidos en asesorías jurídicas), me destrozó el alma ver que ya ni ellos mismos luchan por lo que consiguieron. Culpando a la sociedad no se consigue nada, se destruye; y es lo que oí. Unos ideales, unos hechos, un problema y todo resumido a un “no podemos hacer nada”, me desvirtuaron la capacidad de lucha de un partido político que, desde la oposición, podía actuar si de verdad se quisiera. Los medios ya vendrán con el recorte de miles de cosas que son secundarias en política, pero que un partido que apoyó a la mujer cuando estuvo en el poder te diga que tiene las manos atadas, me pareció muy grave.
            Para colmo veo en las noticias que dos mil alcaldes, ninguno de derechas, se han reunido para leer un manifiesto en contra de la nueva ley de las administraciones locales, pienso: ¿realmente les importa tan poco el tema del maltrato que se gastan el dinero en pasar un fin de semana en Madrid a cuenta de las arcas municipales, cuando no alcanzan ni la mitad de los 8.500 municipios que hay en España?
            El maltrato es para los políticos un punto y coma. No existe ni el aparte y mucho menos el final. Señores y Señoras, o hacemos algo nosotros o seguiremos teniendo mujeres víctimas de violencia de género, dejadas de la mano de los ineptos que solo las estudian como estadísticas dolorosas. 

viernes, 4 de octubre de 2013

LOS GOLPES DEL AMOR

     María Salas es una mujer de 33 años que un buen día se marchó a Inglaterra para aprender inglés y allí conoció a Hocine Mabrouk, un argelino miembro del Partido Islámico que buscó refugio en Europa tras las revueltas que se produjeron en su país a mediados de los años noventa. Se casaron en 1998 y María, por amor, se convirtió al Islam. Cumpliendo los preceptos de esta religión, se cubrió con velo, aceptó la dictadura del cabeza de familia e intentó frenarle en su ira apartándose de sus amigos, guardando la ropa occidental más atrevida y refugiándose en su hogar donde soportó durante diez años los golpes de Hocine. 


     De esta relación nacieron tres hijos que hoy tienen 9, 11 y 15 años. El día que Hocine pegó a su hija mayor, María solicitó el divorcio. Ya no aguantaba más. La justicia británica le concedió a ella la custodia de sus tres hijos, (que tienen la triple nacionalidad: española, británica y argelina) pero no podían ser sacados de su país sin el consentimiento de la madre.
     El 6 de marzo de 2010 Hocine se saltó la orden judicial y secuestró a los niños llevándoselos a Argelia, a la casa de su madre. María denunció la desaparición en Scotland Yard pero sabía dónde estaban sus hijos. Llamó a su ex marido y trató de llegar a un acuerdo con él para recuperar a sus hijos, pero él le puso como condición que rompiera los papeles del divorcio, puesto que para un musulmán una separación matrimonial es una deshonra. María se negó; eso suponía tener que volver a convivir con él y posiblemente en el primer intento la recluiría en casa. Por tanto, solicitó la devolución de sus hijos a las autoridades británica y española, puesto que Argelia no ha ratificado el Convenio de La Haya de 1980 que regula la sustracción  internacional de menores.
     Hoy María vive en Argelia, o mejor dicho, sobrevive con empleos esporádicos como traductora de español e inglés, cuidando niños o haciendo cualquier cosa que le permita vivir y tener el dinero suficiente para desplazarse cada viernes para ver a sus hijos a la otra punta del país. La separan 400 kilómetros por una carretera angosta y desértica que tarda 12 horas en recorrer.
     Un viernes cualquiera, un equipo de investigación del canal de televisión español La Sexta, acompañó a María en su travesía, en su visita a sus hijos; y  comprobaron cuál dura es la vida que esta sevillana está soportando para poder verlos y abrazarlos.
     El reportaje publicado en el diario El Mundo, relata el momento en el que María llega a casa de sus hijos y salen estos corriendo para abrazarla. Primero la hija mayor, que es apartada por su padre bruscamente para golpear a su mujer. Lo hace sin recato alguno delante de los periodistas y de los vecinos que han salido a ver qué pasaba por el revuelo formado y los gritos de María. Atónitos, los periodistas comprueban que los demás hombres animan a Hocine a pegarle a María a fin de hacer cumplir la ley no escrita del país que permite al varón maltratar a su mujer incluso en público. Después de golpear a María lo hace con su hija. Está castigada por salir a abrazar a su madre sin cubrirse la cabeza. Cuando ya empieza a cansarse, coge palos y piedras y las golpea a las dos. Los otros dos niños están medio escondidos sin atreverse a salir por el miedo que les produce la reacción de su padre.
     Las palizas son el peaje que María Salas paga por ver a sus hijos cada viernes, desde las 9 de la mañana a las 4 de la tarde. La justicia argelina le niega la custodia, puesto que en ese país solo se le puede dar al hombre.
     La única solución para María es que España y Reino Unido emitan un requerimiento vía embajada al gobierno argelino para que ponga fin al secuestro. El ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación guarda en un cajón el expediente de este caso desde hace tres meses, pero hasta el momento, a María no le consta que el departamento español haya movilizado al cuerpo diplomático.
     María no puede más. Ha gastado más de 40.000 € en abogados, pero ninguno ha logrado que la justicia falle a su favor. La última oportunidad que le queda es el juicio por lo penal que se celebrará en breve y donde tiene que demostrar que su marido maltrata a los niños.
     El tiempo corre en su contra. Su hija es una adolescente y está en edad casadera para los musulmanes. Su padre la va a obligar a casarse, María lo sabe. La niña apenas sale de su casa puesto que tiene que dedicarse a cuidar de sus hermanos y de su padre. Reprocha a su madre que no la haya sacado de alli, que esté viviendo en el infierno.
     María ha pensado hacer igual que su marido, secuestrar a su hijos. Sabe que lo tiene difícil, pues en Argelia no va a tener ninguna ayuda, pero es una madre coraje que está soportando lo indecible por recuperar a los niños y es doloroso que todo sea cuestión de una burocracia absurda.
     Desde aquí solicito al Ministerio de Asuntos Exteriores español que abra ese cajón, ponga el sello correspondiente y la firma y evite así el sufrimiento de una mujer que está padeciendo lo indecible por haberse casado por amor.

   

martes, 1 de octubre de 2013

FEMICIDIO Y FEMINICIDIO

Así, dentro del feminicidio se pueden incluir todos los tipos de maltrato a la mujer sin olvidarnos de la prostitución, el acoso sexual, el abuso infantil, el infanticidio de niñas, las mutilaciones genitales, la violencia doméstica y toda política que derive en la muerte de las mujeres, tolerada por el Estado (según Julia Monárrez). 


            Oímos hablar cada día de conceptos nuevos en torno a la violencia de género, y no sabemos muy bien cómo utilizarlos o distinguirlos dentro del concepto que queremos exponer.
            Entre los nuevos modelos doctrinales, tenemos el femicidio y el feminicidio, que se emplea para hablar de las mujeres asesinadas, pero que tienen connotaciones diferentes; eso si, teniendo en común que ambas se refieren a la muerte violenta de una mujer por el simple hecho de ser mujer.

FEMICIDIO: Está relacionado con el “gendercide” o “genericidio”, utilizado por Mary Anne Warren en 1985 y que es un neologismo que se refiere a la matanza sistemática de los miembros de un determinado sexo. También se acuñó el término “viricidio”, referido a las matanzas de hombres en tiempos de guerra a fin de acabar con los futuros soldados del bando contrario.
Este término empieza a utilizarse en los años sesenta, a consecuencia del asesinado de tres mujeres dominicanas (las hermanas Mirabal, Patricia, Minerva y Mª Teresa) por el Servicio de Inteligencia Militar de su país.
Tras varias discusiones sobre el término y su uso, se aceptó como “la muerte violenta de una mujer cometida por un hombre por el simple hecho de ser mujer, con independencia que ésta se cometa en el ámbito público o privado y que exista o haya existido o no, alguna relación entre agresor y víctima.
Así tenemos el femicidio familar o íntimo (pareja actual o anterior de la víctima), femicidio no familiar o no íntimo (relación de vecindad, laboral, o ser el agresor cliente sexual de la víctima, etc.), femicidio por conexión (mujeres que intentaron defender a otra de su asesino y cayeron en “la línea de fuego”), femicidio por ocupaciones estigmatizadas (prostitución, strippers, camareras, masajistas o bailarinas en locales nocturnos –profesiones consideradas “deshonrosas”) y el femicidio infantil (cuando la víctima es menor de edad)

FEMINICIDIO: Conjunto de hechos que contienen los crímenes y las desapariciones de mujeres cuando concurra el silencio, la omisión, la negligencia, la inactividad de las autoridades encargadas de prevenir y erradicar estos crímenes.
Hay feminicidio cuando el Estado no da garantías a las mujeres y no crea condiciones de seguridad para sus vidas en la comunidad, en el hogar, ni en el lugar de trabajo, en la vía pública o en lugares de ocio.
Un caso claro de feminicidio se produjo en México, cuando se interpuso demanda contra Los Estados Unidos Mejicanos ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos por la impunidad de los femicidios que se producían en la Ciudad de Juárez, donde se condenó a México por feminicidio; donde se obligó al Estado a cumplir diversas obligaciones como las de investigar y sancionar a los funcionarios implicados en la irregularidades detectadas; e investigar y sancionar a los responsables de los hostigamientos de los que fueron objeto los familiares y afines de las víctimas.
Esta demanda se relacionó con la” supuesta responsabilidad internacional del Estado por la desaparición y ulterior muerte de las jóvenes Claudia Ivette González, Esmeralda Herrera Monreal y Laura Berenice Ramos Monárrez, cuyos cuerpos fueron encontrados en un campo algodonero de Ciudad Juárez el día 6 de noviembre de 2001.       
  Se acusó al Estado de no adoptar medidas de protección a las víctimas, dos de las cuales eran menores de edad; la falta de prevención de estos crímenes, pese al pleno conocimiento de la existencia de un patrón de violencia de género que había dejado centenares de mujeres y niñas asesinadas; la falta de respuesta de las autoridades frente a la desaparición; la falta de debida diligencia en la investigación de los asesinatos, así como la denegación de justicia y la falta de reparación adecuada”.
Espero que os haya quedado claro la diferencia entre ambos términos, que se siguen utilizando sin tener muy claro a qué se refieren.