lunes, 8 de abril de 2013

OLVIDOS INEXCUSABLES


 Todos estaremos de acuerdo que con las mermas sociales se han recortado los medios para luchar contra la violencia de género.
Según asistimos a los porcentajes de denuncias que bajan continuamente en todo el país, por otra parte aumenta la voracidad con la que se cometen los asesinatos contra mujeres. ¿Qué pasa entonces, que son menos pero peores? Algunos dicen que es debido precisamente a los recortes mencionados: menos ayudas a las mujeres que sufren este problema y menos atención. Por eso muchas desisten de acudir a la justicia para denunciar.
Pero hay otra parte a la que habría que pedirle un poco más de cuidado a la hora de dictar una sentencia o notificar una resolución. Es el caso de los jueces y de los miembros del Ministerio de Justicia en general, desde el subalterno de turno al oficial, pasando por los auxiliares administrativos. Todos estamos involucrados en este tema y ellos más directamente.
Lo que no se puede consentir es lo que pasó en Murcia hace poco, cuando un delito de quebrantamiento de condena ha sido anulado porque el juez no le notificó formalmente cuándo entraba en vigor la orden de alejamiento de su ex pareja por violencia de género.
Después de una condena de 40 días de trabajos en beneficio de la comunidad y una orden de alejamiento de su víctima de un mínimo de cien metros durante 16 meses, este individuo se acerco al domicilio de su ex pareja y aporreo la puerta en un par de ocasiones, llamando la mujer asustada, a la policía. 
Por quebrantar la orden de alejamiento, se le impuso una condena de ocho meses de prisión. Ahora la Audiencia ha anulado esta pena porque al imputado no se le notificó el día en que comenzaba a regir la orden de alejamiento.
Verdaderamente es inconcebible que por un papel sin entregar a un condenado, sea ahora la víctima la que tiene que soportar el miedo, la desesperación y, por supuesto, la creencia de que el sistema no funciona. Y yo le doy la razón.

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