martes, 12 de marzo de 2013

EL NEGOCIO DE LA VIOLENCIA DE GENERO


La privatización de los servicios públicos es un mal mayor que no debemos dejar de pasar por alto. Más cuando toca de lleno a las mujeres. Y eso ocurre, por ejemplo en Andalucía, donde el poder está en una izquierda política que presume de enarbolar la bandera de los bienes públicos.
            Las mujeres víctimas de violencia de género tienen en esa Comunidad Autónoma, asistencia psicológica que se imparte en los Centros Provinciales de la Mujer, gestionado por el Instituto Andaluz de la Mujer, dependiente de la Consejería de Presidencia e Igualdad.
            La valoración económica de este servicio alcanza más de 270.000€ y se ha otorgado a la empresa  Andaluza de Gestión Integral de Servicios Especializados, comprometiéndose ésta a prestar apoyo psicológico en las ocho provincias que comprenden la Junta.
            Casi un millón de euros se gastó el gobierno andaluz en 2010 a fin de contratar el servicio telefónico de información a la mujer, servicio de asistencia legal telefónico y asesoramiento jurídico on-line para este colectivo, víctima de la violencia de género.
Ese mismo año, el mismo servicio de atención psicológica fue para la UTE Colegios Oficiales de Psicólogos de Andalucía por una cantidad superior a la actual: 424.090 euros, y la Asociación de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales (Amuvi)I recibió un contrato valorado en 412.592 por prestar «información jurídica, asistencia legal y atención psicológica a las mujeres víctimas de violencia sexual y abusos sexuales en Andalucía.
            Todo el apoyo que pueda recibir una mujer para salir de la violencia, es poco. En eso creo que todos estaremos de acuerdo. Mientras se asesore, se informe, se introduzca en las mentes de quienes padecen este mal mayor que hay que salir de ahí y la denuncia es el primer paso, está bien hecho; pero también es cierto que los medios públicos deben existir para ello. No solamente se debe gastar dinero en contratas que a la vez se transforman en subcontratas, sino que hay que apostar por lo público y porque el dinero, como en todo, llegue directamente a la raíz del problema.
            Además de asesorar hay que educar desde la más tierna infancia, y no son muchas las políticas que apuestan por ello.
            Lo que más me llama la atención es que desde Andalucía se pidan más medios al gobierno central y que se manifieste en la calle el descontento social que existe por la privatización de los servicios, cuando ellos no dan el ejemplo de apostar por lo público haciendo contratos de esta naturaleza a empresas privadas.
            La violencia de género no es un negocio. La mujer tampoco y su maltrato menos aún. Pónganse las pilas señores políticos y de verdad, con los medios que cuentan, hagan mucho más, que no es tan difícil, solamente hace falta querer hacerlo.

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