Lo primero es reconocer que las víctimas de violencia de género son personas, que no son datos que pueden ser aplaudidos por unos y criticados por otros. Cuando una persona es maltratada, o muerta a manos de su pareja o ex pareja, siempre tiene detrás una familia, unos hijos, unos amigos que la quieren y que lloran su pérdida e intentan luchar en su memoria para que se haga justicia.
Ahora todo son promesas, casas de refugio transitorio para mujeres maltratadas, cuando se han cerrado decenas de ellas en los últimos tiempos; ayudas a víctimas, a huérfanos, cursos, campañas de concienciación, etc. ; es decir, cosas que se podrían haber hecho antes y que no fue así porque "la crisis" no lo permitió, y ahora resulta que hay dinero por doquier para hacer cosas a favor de las víctimas.
Volviendo a los datos, se considera que es un hecho positivo que haya descendido el número de denuncias por casos de violencia de género, cuando la realidad es otra.
Hasta un 14% menos de denuncias desde el 2010 no significa que a la mujer ya no se la maltrate, sino que hay otros motivos detrás de esta bajada, y no lo digo yo, lo dicen sectores que trabajan en el tema como Comisiones Obreras, quienes achacan el descenso de denuncias al elevado paro femenino que merma la independencia económica de las mujeres y a la destrucción de los servicios públicos durante la crisis.
Asímismo, el Consejo General del Poder Judicial publicó que la aprobación de órdenes de protección sobre el total de la solicitadas ha caído del 83% al 72%, y eso solo en la Comunidad Valenciana, donde precisamente han aumentado el número de mujeres asesinadas por violencia de género durante este año 2015.
Cuando se les rompen los esquemas a los políticos, siempre tenemos a quien o a qué echarle la culpa, pero se sigue hablando de datos, de porcentajes y de matemáticas puras, cuando todos sabemos que precisamente esta ciencia no es la que se debe ocupar del maltrato.
Si abrimos cualquier diario nacional o regional, siempre es lo mismo: "vamos por el buen camino" y mientras se piense así, por parte de quienes nos gobiernan hasta este domingo próximo, es que no somos conscientes del poco empeño que impera en sus actuaciones. Y mientras los que pretenden ocupar el sillón del poder digan aquello de "nosotros descenderemos la violencia de género en X tanto por ciento", están siendo tan peligrosos como los demás.
Ya escribí hace tiempo aquello de que las mujeres no somos porcentajes, sino personas, y seguimos oyendo lo mismo, hasta desaparece el velo de algunos grupos políticos que quieren reducir el maltrato al ámbito domiciliario, pero claro, esto haría que los porcentajes que tanto le gustan a nuestros políticos, bajen drásticamente, pero no se atendería a una realidad acuciante que sigue matando mujeres y niños mientras el sistema no es realmente consciente de lo que pasa, porque la realidad es el punto más alejado de la política que conozco.
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