Ayer mismo, descubrí la misoginia que existe entre dirigentes socialistas, entre creadores de la Ley Contra la Violencia de Género, cuando culpan a las niñas de la nueva situación de la violencia de género en los institutos y los colegios. Echar la culpa por su atrevimiento y gozo de soportar al niño guapo de la clase, aunque la controle y la maltrate, es algo que no me entra en la cabeza. ¡Cómo se puede decir una barbaridad de semejante tamaño! Y es la segunda respuesta de un ex dirigente del partido socialista, además de "padres-madres" como les gusta llamarse, de la lucha legal contra la violencia de género, que parece que le han hecho olvidarse de lo que supone esa lacra para una mujer.
Es como si se hubiesen lavado las manos como Pilatos, y pensasen que, una vez alcanzada la Ley que protege a las mujeres, ya lo tienen todo hecho. ¡Qué disparate!
Y si la izquierda, la presumida formación que es progresista, que lucha por los derechos sociales y las libertades individuales, es capaz de juzgar de esta forma a las mujeres, no quiero meter la mano en el enjambre de la derecha que otorga a la mujer el privilegio de serlo y el deber del sometimiento a quien le da la mano para comer, mientras la empuja a quen busque su media naranja para no estar sola, como si fuese una fruta.
Todas estas tropelías y barbaridades hacen que personas que de verdad quieren luchar contra el maltrato, porque lo han sufrido, porque lo tienen demasiado cerca o, simplemente, porque son conscientes del tamaño de este problema, se sientan solas y no busquen en la Administración más que lo justo y necesario para salir adelante. Porque el nivel real de un país lo marcan datos como el maltrato a la mujer, más que un índice bursátil.
Seguiremos luchando, porque entre tod@s podemos!
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