lunes, 3 de febrero de 2014

GANAR BATALLAS

Imaginemos la violación de una mujer. Pensemos en ella, en lo que puede sentir después de tan brutal agresión. El asco tras el vómito, el llanto tras la impotencia, el dolor tras la agresión… Son sensaciones que dejan marcada a una mujer de por vida, que nada ni nadie puede evitar. Y el calvario no termina cuando te quitas de encima a ese energúmeno, las denuncias traen el recuerdo, pasado demasiado tiempo muchas veces, y la mente vuelve a revivirte aquel hecho, minuto a minuto.
 Y cuando lees la prensa y te dicen que ese tipo de agresión, con penetración, ha aumentado en España un 1’4%, parece no suponer nada, es una cantidad muy baja. Sin embargo, son 1.298 mujeres que han pasado por ese hecho tan traumático, son 1.298 vivencias de terror, de miedo…que saben que el camino será lento y duradero en el tiempo, que alterarán su vida conyugal y social, que sus valores se verán alterados por el odio que nunca antes habían sentido, que algunas, mal hecho, se sentirán culpables por un delito cometido por otra persona, asqueadas de su propio cuerpo, necesitadas de sofocar posibles trastornos psicológicos. No es solo la violación, es también todo el proceso que viene después. Alguien lo definió una vez como “el virus inyectado en el cuerpo y en la mente”; y estoy de cuerdo.
            Días pasados, mientras se daban los datos sobre la violencia de género en España, el Ministro del Interior se felicitaba porque cree que "La violencia contra las mujeres en una lacra a erradicar", que vamos por el buen camino a pesar que durante el año pasado se produjeron dos asesinatos más de mujeres a manos de sus parejas o ex parejas en comparación con el ejercicio anterior.
           Me llamó la atención que se dijera en esa comparecencia ministerial, que España es de los países donde menos violencia de género con resultado de homicidio, se cometen, que países más civilizados tienen más casos de muertes violencias de mujeres. ¿Y cree el sr. Ministro que eso puede reconfortar a alguna mujer? Una sola persona muerta a manos de su pareja o ex pareja, supone un retroceso en la sociedad de ese país. Me importa un rábano que sea una tasa baja, aunque mejor así por supuesto, pero hablamos de 58 mujeres muertas, por Dios!!!
            Estamos en 2014 y duele mucho decir que llevamos seis mujeres asesinadas en solo un mes. Cuesta admitir que esto no se soluciona, ni mucho menos; de hecho, desde 2006 no facturaba enero tantas víctimas mortales por violencia de género. Es tremendo. La impotencia hace que no se entiendan las palabras de ánimo de un Ministro cuando compara países y no personas.

            Una mujer violada o muerta por violencia de género, es una batalla perdida.

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