Imaginemos la violación
de una mujer. Pensemos en ella, en lo que puede sentir después de tan brutal
agresión. El asco tras el vómito, el llanto tras la impotencia, el dolor tras
la agresión… Son sensaciones que dejan marcada a una mujer de por vida, que
nada ni nadie puede evitar. Y el calvario no termina cuando te quitas de encima
a ese energúmeno, las denuncias traen el recuerdo, pasado demasiado tiempo
muchas veces, y la mente vuelve a revivirte aquel hecho, minuto a minuto.
Y cuando lees la prensa y te dicen que ese
tipo de agresión, con penetración, ha aumentado en España un 1’4%, parece no
suponer nada, es una cantidad muy baja. Sin embargo, son 1.298 mujeres que han
pasado por ese hecho tan traumático, son 1.298 vivencias de terror, de miedo…que
saben que el camino será lento y duradero en el tiempo, que alterarán su vida
conyugal y social, que sus valores se verán alterados por el odio que nunca
antes habían sentido, que algunas, mal hecho, se sentirán culpables por un
delito cometido por otra persona, asqueadas de su propio cuerpo, necesitadas de
sofocar posibles trastornos psicológicos. No es solo la violación, es también
todo el proceso que viene después. Alguien lo definió una vez como “el virus
inyectado en el cuerpo y en la mente”; y estoy de cuerdo.
Días
pasados, mientras se daban los datos sobre la violencia de género en España, el
Ministro del Interior se felicitaba porque cree que "La violencia contra
las mujeres en una lacra a erradicar", que vamos por el buen camino a
pesar que durante el año pasado se produjeron dos asesinatos más de mujeres a
manos de sus parejas o ex parejas en comparación con el ejercicio anterior.
Me
llamó la atención que se dijera en esa comparecencia ministerial, que España es
de los países donde menos violencia de género con resultado de homicidio, se
cometen, que países más civilizados tienen más casos de muertes violencias de
mujeres. ¿Y cree el sr. Ministro que eso puede reconfortar a alguna mujer? Una
sola persona muerta a manos de su pareja o ex pareja, supone un retroceso en la
sociedad de ese país. Me importa un rábano que sea una tasa baja, aunque mejor
así por supuesto, pero hablamos de 58 mujeres muertas, por Dios!!!
Estamos
en 2014 y duele mucho decir que llevamos seis mujeres asesinadas en solo un
mes. Cuesta admitir que esto no se soluciona, ni mucho menos; de hecho, desde
2006 no facturaba enero tantas víctimas mortales por violencia de género. Es
tremendo. La impotencia hace que no se entiendan las palabras de ánimo de un Ministro
cuando compara países y no personas.
Una
mujer violada o muerta por violencia de género, es una batalla perdida.
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