Acaba de hacerse público el resultado de un estudio sobre
violencia de género ejercida en el ámbito universitario español. Cierto es que
la participación ha sido muy efectiva al haber entrado en dicho estudio un
total de 12 universidades de nuestro país (diez públicas y dos privadas) y con
un recuento total de casi 4.000 estudiantes que han dado su aportación a este
grave problema social que tanto nos acucia.
Según los datos desprendidos, un 14’3% de las chicas
universitarias de nuestro país, admiten que han vivido situaciones de maltrato
en su relación de pareja, aunque las justifican a la vez que rechazan que se
produzcan.
En cuanto a los chicos, uno de cada diez estudiantes masculinos
reconoce haber ejercido o intentado ejercer algún tipo de maltrato sobre sus
parejas y en el 4,3 por ciento de los casos llegaron incluso a golpearlas.
El 10 por ciento de las
estudiantes perdonaría a su pareja si sufriese violencia de género,
La mayoría de los
estudiantes no cree que en la universidad haya prácticas ni situaciones
machistas, aunque dos de cada diez jóvenes se muestra de acuerdo con ideas como
que el hombre más agresivo es más atractivo.
Las universitarias que
reconocen haber sufrido situaciones de maltrato "a menudo" o "muchas
veces" relatan que sufrieron mayoritariamente aislamiento, control abusivo
y agresiones verbales.
De las que declaran haber
padecido "abuso múltiple", el informe destaca que el 11,7 por ciento
de las víctimas se ha sentido obligada a practicar conductas de tipo sexual en
las que no quería participar y el 10 por ciento declara que se han difundido
mensajes, insultos o imágenes suyas por internet o por el teléfono móvil sin su
consentimiento.
Otra de las conclusiones
reflejadas en la investigación es que los mensajes de dominio y violencia que
se han escuchado a adultos de referencia y el hecho de relacionarse en un
entorno universitario percibido como machista incrementan el riesgo de maltrato
entre los hombres y también, aunque en menor medida, el riesgo de victimización
entre las mujeres.
Respecto a la respuesta que
dieron las mujeres maltratadas: rompieron su relación, el 96,9 por ciento;
recurrieron a amigas, el 83,6 %; pidieron ayuda profesional, el 77,8 por
ciento, y recurrieron a su madre, el 77,4%.
Pero también otras víctimas
decidieron olvidarse "para ver si no repite" (7,2% de los casos) y
pedirle que no lo repitiera, dándole una oportunidad, el 10 %.
Los universitarios españoles
consideran en un 95% de mujeres y un 94% de hombres, que el apoyo psicológico
es lo más importante, seguido por el apoyo jurídico, (88% y 91%,
respectivamente) y el alojamiento protegido (el 88% de mujeres y el 87% de
hombres).
En vista a este informe son muchas las cuestiones que se
pueden plantear, pero lo que nunca me ha gustado de estos estudios son que
buscan respuestas a preguntas preparadas, sin dejar un espacio abierto donde
especificar las acciones que los estudiantes, en este caso, puedan dar
opiniones sobre qué soluciones serían prácticas según ellos.
Los estudios dan una muestra global, pero el hecho de que
en un porcentaje, un 99% esté de acuerdo en algo, significa que ese 1% restante
puede ser aquel que cometa el delito, el que siga pensando que la mujer es un
objeto a su antojo y, en definitiva, el problema real que hay que perseguir
para ponerle solución.
¿Qué hacemos con esos datos? Demuestran que, por una
parte, conocen el problema, están sensibilizados, que saben qué hacer, detectan
el problema, pero una cifra considerable no actúa como es debido.
Espero ansiosa la segunda parte de algún estudio de este
tipo en el que se pongan soluciones, se ataje, se comprometa la persona
encuestada a divulgar, concienciar y plantarse ante este grave problema como es
el maltrato a las mujeres.
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