La que realmente avanza en este aspecto es la mujer. Ella sabe que sus sueños se han desmoronado con un solo golpe, pero también saca fuerzas para salir adelante y, mientras busca respuestas que no va a encontrar, intenta sobrevivir y alejarse de su agresor mientras tiene que hacer una tarea de las que tiene encomendadas por el simple hecho de ser mujer: actuar.
Una mujer tiene que actuar para no ser agredida. Y un hombre vuelve a beber y con ello se escuda en el alcohol para hacerse notar el macho de la manada, pensando que el someter a una mujer a su voluntad, es un premio y un reconocimiento social.
"La culpa es de la bebida". Cuántas veces habré yo oído esa frase. Hasta las propias mujeres buscan un responsable fuera de quien realmente lo es. Y no me canso de repetirles que la bebida no es el problema, el problema es el hombre, porque jamás pierde la conciencia, sino que esconde la vergüenza que el hecho en sí pudiera reportarle (cosa que realmente dudo) y borracho agrede hasta la muerte en alguna ocasión, a quien un día prometió amor eterno.
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