lunes, 31 de marzo de 2014

PERMISO PARA VIOLAR NIÑAS

Estamos demasiado acostumbrados a los dictámenes que emanan de los países islámicos, y con ello, se ha llegado a ser, en cierta medida, permisivo en algunos países de occidente con lo que desde lugares como Arabia Saudi, Afganistán o Mali ocurre, y en definitiva, con los que desde allí emigran a Europa.
Pero hay una noticia que, aparecida en la prensa recientemente, debe hacernos pensar en la aceptación de ciertas costumbres que, aunque sea escudándose en ciertos aspectos culturales, jamás deben ser permitidas en países civilizados. Me refiero a la próxima modificación de la Ley en Irak, donde se pretenden introducir aberrantes reformas sobre la familia, como es el hecho de legalizar el matrimonio de los niños, permitiendo así que las niñas se puedan casar a cualquier edad.
Este brutal artículo que se pretende introducir en la Ley sobre la Familia, lo haría pasándose por el forro las normas dictadas por la ONU, quien prohibe terminantemente que se puedan realizar bodas entre niños, permitiéndola solamente a partir de la mayoría de edad de los contrayentes.
En la actualidad, la ley en Irak establece que el matrimonio es a los 18 años, pero que las niñas mayores de 15 años pueden contraerlo con autorización del padre o tutor.
Este iniciativa, conocida como Ley Jaafari del Estado de las Personas, está basada en los principios de la escuela shiíta fundada por Jafaar al-Sadiq.
La iniciativa no establece una edad mínima para que las niñas contraigan matrimonio, pero sí dice que a partir de los 9 años se pueden divorciar; o sea, que ya han estado casadas antes de esa edad tan temprana. El padre es el único que puede autorizar el matrimonio
La modificación legislativa introduce también que el hombre puede tener relaciones sexuales con cualquiera de las cuatro esposas máximas permitidas, siempre que él quiera, aunque se establece el número de noches que puede hacerlo con cada una.
Resumiendo, una niña de 9 años puede ser violada por su marido, con autorización de su propio padre.
Esta modificación de la ley es una estratagema política para conseguir votos de las partes más  extremistas de la confesión musulmana chií, puesto que el actual Parlamento, según los sondeos, podría verse en minoría en las próximas elecciones legislativas-religiosas que se realizarán el próximo 30 de abril.
O sea, que la vida de unas niñas indefensas en un país fanático, depende únicamente del poder político, de unos votos, y de unos monstruos que dirigen un país donde los derechos humanos de las mujeres están completamente olvidados.

jueves, 27 de marzo de 2014

¿IGUALES O DESIGUALES?

Todos tenemos un problema, y ese problema se llama Violencia de Género. O mejor dicho: violencia contra las personas.
Son muchos los comentarios que últimamente he leído de particulares que piden que nos acordemos quienes expresamos nuestras ideas sobre el maltrato, de los hombres maltratados.
Después de leer mucho, ver estadísticas (algunas reales y otras fruto de la mediocridad, todo hay que decirlo), rebuscar en internet, etc., hay una cosa que está clara, y es que hay personas maltratadas, no simplemente mujeres. El razonamiento que me ha llevado desde el principio, a implicarme en la lucha contra esta lacra social, ha sido, sobre todo, que el número de mujeres muertas es inmensamente superior al de hombres, que la fuerza masculina hace mucho más daño que la femenina, que no habíamos tenido legalmente la oportunidad de que alguien nos defendiera de la opresión instaurada en la sociedad a través de muchos siglos de prepotencia masculina, de que la lucha a favor de la mujer fuese únicamente revocada por movimientos feministas y, sobre todo, porque yo fui mujer maltratada por un hombre.
Me he encontrado con hombres que han sentido vergüenza en denunciar porque la Ley solo recoge los casos proferidos a mujeres, porque sería destapar un problema que le denigraría como macho  y porque les da miedo que la mujer, al final, eche mano de sus prebendas legales y dé la vuelta al asunto.
Hoy ha aparecido en prensa que el Ministerio encargado de los temas de violencia de género, va a promover una reforma de la Ley de Violencia de Género, pero por lo que observo, es para aumentar las penas contra los hombres, no para incluírles, no para introducir en ella a las nuevas formas de familia, no para agilizar el cumplimiento de las penas que se impongan, no para expulsar a la parte maltratadora del entorno...
Se va a pedir opinión a los colectivos de mujeres, y eso me suena a las fórmulas de sentencias sobre divorcio, cuando siempre se daba la custodia las madres, dejando a los padres sin el afecto de sus hijos por un imperativo legal que no pensaba en todas las partes implicadas en el asunto.
Es cierto que el tema de las denuncias falsas ha hecho demasiado daño a los hombres, verdad que los colectivos homosexuales no están incluidos en la Ley Integral Contra la Violencia de Género, y todo lo que ello conlleva.
Tal y como decía en días pasados el magistrado del juzgado de violencia de género nº 8 de Madrid, Francisco Javier Pérez-Olleros: "hay denuncias falsas y denuncias exageradas" que hacen mucho daño en un proceso. Pues también quiero extraer otra de sus declaraciones donde opinaba que muchas mujeres maltratadas recurrían  a la tutela judicial por falta de respuestas en los servicios sociales, residenciales o sanitarios que deberían atenderlas.
Remitiéndome a dicha entrevista, me llamó la atención el titular, donde resumía el hecho de que había tenido que  absolver a personas que se adivinaban violentas, pero para las que no había pruebas suficientes para encausarlas por el delito denunciado.
Estos artículos son los que interesa leer cuando se busca una mejora en la Ley: comprobar que el sistema que se quiere implantar para ayudar a la mujer, no lo hace; que hay una gran descoordinación de los factores implicados: el judicial, el policial y el sanitario; que lo necesario en la educación, que los famosos CAVIs son fórmulas de interés particular para derrochar, en muchos casos, el dinero público a favor de unos pocos, y así los cientos de asuntos relacionados con el maltrato a las personas que se ha quedado estancado.
La idea de crear una Ley hace diez años es totalmente plausible, pero eso no significa que ésta sea perfecta o que no se pueda o se deba actualizar, y menos el hacerlo mirando sólo para un lado. Si buscamos la igualdad, tengamos la facultad de observar que todos somos iguales.

jueves, 20 de marzo de 2014

EL JUEZ QUE PREMIA EL MALTRATO

Si usted pega o insulta a su mujer, sepa que deja de ser un hombre y pasa a engrosar la lista de energúmenos y gente impresentable que cada día aparece en titulares. Usted no es una persona digna de nada y desearía que se le aplicara el "ojo por ojo", aunque suene poco cristiano, aunque algunos piensen que que la energúmena soy yo. Me da igual, pero no acepto ninguna excusa de alguien que actúa de esa manera con alguien a quien supuestamente quiere o ha querido; siempre "supuestamente", claro, aunque sea según sus parámetros del amor.
Como mujer, pero ante todo, como persona, exijo para usted que se le anule cualquier trato de humanidad y se le exponga públicamente entre rejas, a la vista de todos, para que se convierta en un amorfo ser que sólo tiene derecho a unos gritos e insultos por parte de quien le visite. Exactamente igual que usted ha hecho con su víctima.
Esta sería la forma más suave con la que me dirigiría a las personas que exponen su fuerza física y moral ante la de cualquier ser humano, dejando completamente subyugado el concepto de que todos somos iguales, ni ante la Ley ocurre eso.
Siempre recordaremos esa frase que desde pequeños nos enseñaban en el colegio: "el hombre es el único animal que mata sin tener hambre"; pues bien, ni animal le diría, porque ellos protegen a quienes aman y quien maltrata no sabe ni hacer eso, tan sencillo en esencia para los animales, que sería un insulto muy grave compararlo con un maltratador.
Pero hoy, mi planteamiento va más allá: ¿qué hago con ese juez que aplaude su actuación?. ¿cómo me comporto con ese magistrado al que usted le da pena, y dicta una sentencia por la que le insta a volver a su domicilio, con su víctima, para que ésta le cuide porque no tiene quien lo haga ni a dónde ir? ¿qué hago con la Administración Pública que es incapaz de incorporarlo a un asilo social? ¿Qué le digo a su mujer, quien le ha denunciado en varias ocasiones y sobre la que tiene orden de alejamiento por temor a que acabe con su vida? ¿Qué le digo a aquellos que defienden la vida de las personas y se encuentran desbordados ante el suceso acaecido en Jaén sobre una resolución de este tipo? ¿Qué les voy a decir a esos niños que tenemos que educar en un sistema que retrotrae los argumentos para procurar víctimas a una lacra como es la violencia de género? ¿Qué le digo a los que luchan, a los que se mueven, a los que acompañan a las víctimas? Me quedo sin voz de tanto gritar, de tanto maldecir actitudes como la del juez Aguirre que impone, no una sentencia de "humanidad", sino una "sentencia de muerte a una mujer".
Es un nuevo caso "Orantes", Ana, aquella mujer que en 1997 denunció públicamente que era sometida a un maltrato continuado, a quien el juez impuso la orden de compartir vivienda con su maltratador, y quien resultó asesinada al poco tiempo. Recordemos también, que en 2005, uno de sus hijos fue detenido por maltratar a su pareja, porque era lo que había visto en su casa durante demasiado tiempo, que era lo que hacía su padre con su madre para conseguir sus propósitos...o para calmar su furia.
El tiempo no ha pasado, al menos para este juez Aguirre que, empleando su humanidad, en lugar de devolver a un maltratador a su casa con su víctima, para que muera en paz, porque debe ser muy cristiano, y nadie duda de que no lo sea, bien podía habérselo llevado a su casa y cuidarlo él. A ver si tiene narices de soportarlo cuando empiece a meterse con su mujer.
Y es que somos muy humanos, muy cristianos y algunos creen que antes están las ideas retrógradas de algunos, que el hecho de que una mujer viva angustiada los años que le queden de vida, o que, sencillamente, ésta sea cortada de cuajo por un energúmeno.

martes, 18 de marzo de 2014

¡ESPEREMOS A VER CUANTAS MUEREN!

Ya nadie se asusta cuando aparece en los medios de comunicación, un nuevo caso de violencia machista. La costumbre hace que la inclusión de una nueva noticia del asesinato de una mujer a manos de su pareja o ex pareja, sea como leer que alguien vende un coche de segunda mano.
La costumbre, unos de los pilares de la ley que nos rige, parece que está haciendo acto de presencia demasiado a menudo y nuestra pasividad, también.
¿Qué pasa por la mente de un asesino? ¿Cuánto odio puede haber en el alma de ese personaje que es capaz de engañar a una persona a la que, supuestamente, se ha querido, para que acuda a su domicilio con el chantaje emocional de que sino lo hace se va a quitar la vida, para luego, quitársela a ella?. Es lo que ha sucedido en el caso de la víctima de ayer en Madrid.
El concepto de amor, el sentimiento de amar, se confunde con el de posesión. Querer a una mujer es dejarla libre, es compartir, dialogar, enfrentarse a los problemas juntos y disfrutar con las nuevas oportunidades; pero el hombre que tiene tan arraigado el concepto de propiedad, quizás proveniente del "hasta que la muerte os separe", traslada a su enajenación mental la tortura y el homicidio para que su "objeto" no pueda ser nada más que suyo.
La mente es un complejo mundo donde las sensaciones, emociones y pensamientos no se pueden analizar. No hay un perfil, no hay etiquetas para identificar a un posible asesino, pero sí hay una pista si sucede una vez. Alguien que maltrata una vez, volverá a hacerlo tarde o temprano. Igual que el violador, la reincidencia puede aparecer en cualquier momento. La bestia está dentro. Por ello, no creo en la reinserción del maltratador, no pienso que nadie, igual que no se puede detectar cuando va a cometer un acto tan repugnante, ningún especialista puede apreciar signos de restablecimiento en un asesino.
Pero esto lo analizaremos otro día, porque hoy me indignan ciertos comportamientos como el de la Delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Blanca Hernández, quien ha salido a la palestra, obligada por su cargo, a decir que el Gobierno trabaja sin parar para erradicar esta lacra. También ha comentado que hay que tener "prudencia" ante el hecho de que en 2014 haya cuatro víctimas más que en el mismo período del año anterior, o tres más que en las mismas fechas de 2012, porque, precisamente ese año, concluyó con el menor número de mujeres asesinadas (52) desde que existen estadísticas oficiales.
"Habrá que ver cómo evoluciona el año" ha dicho Hernández. Y luego se ha ido a su despacho. Por Dios, que una víctima, y lo he repetido hasta el infinito, es suficiente para comprobar que la Ley no funciona. No hay que esperar a ver como evoluciona el año, que las mujeres son personas que no tienen los medios, la ayuda y la forma de salir de ese infierno. Me parece vergonzoso salir a decir semejante barbaridad y se comparar a una mujer con un dato estadístico. A ver qué pasa. ¿Pues qué va a pasar? que habrá más mujeres muertas, pero tranquilos, que saldrá esta señora, u otra, y nos dirá que esperemos a ver los resultados. Mientras tanto, aumentarán las estadísticas, tendremos más excusas para justificar el trabajo de la administración y todo su maremágnum de expertos y esperaremos, impávidos, al resumen de final de año.

martes, 11 de marzo de 2014

PARA QUE SU VOZ NO SE PIERDA

Hoy quiero dejar plasmada aquí, una poesía que escribió Nadia Anjuman poco antes de ser asesinada por su marido, precisamente porque a éste energúmeno no le gustaba que su mujer perdiera el tiempo con tonterías de poemas y versos, ni que tuviese sentimientos que quería plasmar y compartir.
Fue condenado a un mes de prisión.
No hay más palabras. Os dejo con Nadia.
   
Foto: Nadia Anjuman,asesinada por su marido por escribir poesia(un mes de carcel y recupero su vida normal y al hijo del matrimonio)

una poesia de ella

No tengo ganas de abrir la boca
 ¿De qué debo cantar?
 Yo, quien está odiado por la vida,
 No hay diferencia de cantar o no cantar.

¿Por qué debo hablar de la dulzura?
 Cuando siento yo tanta amargura.
 Oh, el festín del opresor
 Me tocó la boca.
 No tengo ni un compañero en esta vida
 ¿Para quién puedo estar dulce?
 No hay diferencia de hablar, reír,
 Morir, ser.
 Yo con mi soledad agotada
 Con dolor y tristeza.
 Nací para nada.
 La boca se debe precintar.
 Oh mi corazón, ya sabes que es la primavera
 Y el momento para celebrar.
 ¿Qué debo hacer con un ala atrapado?
 Que no me deja volar.
 He estado callada por demasiado tiempo
 Pero nunca me olvido la melodía,
 Porque cada momento cuchicheo yo
 Las canciones de mi corazón
 Que me acuerdan del
 Día que voy a romper la jaula.
 Volar de esta soledad
 Y cantar como un melancólico.
 No soy un débil árbol de álamo
 Que cualquier viento va a sacudir.
 Soy una mujer afgana,
 Así que sólo tiene sentido para gemir.No tengo ganas de abrir la boca
¿De qué debo cantar?...

Yo, quien está odiado por la vida,
No hay diferencia de cantar o no cantar.

¿Por qué debo hablar de la dulzura?
Cuando siento yo tanta amargura.
Oh, el festín del opresor
Me tocó la boca.
No tengo ni un compañero en esta vida
¿Para quién puedo estar dulce?
No hay diferencia de hablar, reír,
Morir, ser.
Yo con mi soledad agotada
Con dolor y tristeza.
Nací para nada.
La boca se debe precintar.
Oh mi corazón, ya sabes que es la primavera
Y el momento para celebrar.
¿Qué debo hacer con un ala atrapado?
Que no me deja volar.
He estado callada por demasiado tiempo
Pero nunca me olvido la melodía,
Porque cada momento cuchicheo yo
Las canciones de mi corazón
Que me acuerdan del
Día que voy a romper la jaula.
Volar de esta soledad
Y cantar como un melancólico.
No soy un débil árbol de álamo
Que cualquier viento va a sacudir.
Soy una mujer afgana,
Así que sólo tiene sentido para gemir

jueves, 6 de marzo de 2014

PALABRAS VACIAS

Ayer se hizo público el informe que sobre el maltrato a la mujer en Europa, ha realizado la Unión Europea. Mucho se habló del tema durante toda la jornada. Los medios de comunicación se volcaron con la noticia, se copió y pegó el extracto de dicho informe donde dice que España puede estar contenta, que es uno de los países donde menos violencia machista se practica, peor lo tienen los países nórdicos por la incorporación de la mujer al mundo laboral hace bastantes décadas y el influjo del alcohol. Y que bonito nos resultó escuchar aquello.
¿España puede estar satisfecha? No oí ni leí ningún comentario sobre el hecho de que la educación, en un período donde la clase política se volcó en ello, han hecho algo por rebajar estas cifras. Nadie alzó la voz diciendo que las mujeres no somos estadísticas, que una muerte no es un balón de fútbol metido en una portería. Nadie dijo de lo que se puede hacer; ni siquiera se habló de que nuestras cifras están empeorando. Se anima a denunciar, se critica a quien no lo hace, pero ¿estamos preparados para que una mujer interponga su vida a un documento del que sabe no va a obtener resultados positivos? Nuestro país no está preparado en absoluto para acoger a las víctimas. Centros cerrados, descoordinación policial y judicial, técnicos que engrosan sus beneficios por pautas universitarias que no evitan los golpes, responsables que te inducen a que no denuncies si sufres "tan solo" maltrato psicológico...
Demasiados puntos sin cerrar en nuestra sociedad, en nuestra política, en nuestras instituciones. España no está preparada para afrontar la muerte de una mujer. Para evitarla, menos.
Después de escuchar a expertos, pseudoexpertos, aprendices de expertos, sobre el tema que colmó el espacio informativo en la jornada de ayer, un belga residente en nuestro país, asesinó a su pareja y a la niña en Sotogrande.
Lo único que saqué en conclusión del día de ayer, es que mientras se pierde el tiempo en estadísticas, en estudios, una mujer está siendo asesinada por un malnacido, al que le trae al pairo la discusión que sobre el tema se tenga; y eso significa que no estamos haciendo las cosas bien, que la violencia de género no golpea solo a las mujeres ni asesina solo a sus niños; que es un tema que bombardea un país. Debería haberse ganado la batalla, al menos mientras se debate sobre ello, pero no. Se produjo un asesinato doble que nubló las expectativas que muchos, ilusos, se habían forjado con dicho informe europeo.
A ver si nos damos cuenta de una vez, que la violencia de género no es algo estadístico, que la mujer no es una cifra, que la onda expansiva de un maltrato, es algo que no se analiza y que abarca mucho más de lo que pensamos. No se trata de decir: aquí "solo mueren X mujeres, mientras que allí lo hacen X+1". Eso es aberrante. Muerta una mujer por violencia de género: retroceso social de un país, de un sistema político y de una educación a la que no le entra en la cabeza que la divulgación se debe hacer desde el vientre materno.
Millones y millones de euros invertidos en estudios, que son necesarios; no digo que no, pero centros que se cierran por falta de medios, charlas a universitarios ya formados en la materia por el simple hecho de ser adultos, técnicos que reniegan de la falta de personal y medios, mientras duplican su sueldo con charlas infructuosas, por desgracia, la mitad de las veces.
Las víctimas deben sentirse identificadas con el sistema, amparadas, escuchadas, protegidas y no solicitadas simplemente para que pongan una denuncia y así poder decir el sistema: esto funciona, cuando es incierto.
No encuentro razones objetivas para ser positiva en este tema, lo siento. La sangre corre por mis venas, hecho que dudo se produzca en mucha gente que solo analiza, como coartada a un trabajo.